Los precios del petróleo sufrieron este martes una de sus peores caídas con un declive del referencial Brent y del petróleo en Estados Unidos por debajo de los 70 y los 60 dólares, respectivamente, después de que el presidente Donald Trump puso presión sobre la Opep para que no recorte el suministro para impulsar el mercado.
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El precio del barril de petróleo Brent para entrega en enero terminó hoy en el mercado de futuros de Londres en 65,47 dólares, un 6,63 % menos que al finalizar la sesión anterior.
El crudo del mar del Norte, de referencia para Colombia, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un descenso de 4,65 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 70,12 dólares. El precio del Brent retrocedió hasta niveles del pasado abril ante el temor a una caída en la demanda de crudo el próximo año que pueda desestabilizar el mercado.
Mientras que el barril WTI para entrega en diciembre bajó 4,24 dólares y quedó en 55,69, su mayor baja en una sesión desde setiembre de 2015.
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Ambos referenciales han perdido un 20 por ciento desde el pico de cuatro años que tocaron a principios de octubre.
"La fuerte producción en Estados Unidos, junto al aumento de los barriles procedentes de Arabia Saudita y Rusia, está empezando a afectar a los equilibrios del mercado petróleo", dijeron analistas de Bank of America Merrill Lynch en una nota a sus clientes, agregando que "los inventarios de crudo están empezando a subir de nuevo".
Trump ha dejado claro que quiere que los precios del crudo desciendan. "Ojalá Arabia Saudita y la OPEP no recorten la producción de petróleo. Los precios del crudo deberían estar mucho más bajos en base a la oferta", sostuvo el mandatario el lunes en una publicación en Twitter.
Esto provocó una fuerte caída el lunes y la liquidación continuaba el martes. "Ciertamente, este tuit no ayudó a los precios", señaló Warren Patterson, estratega de materias primas de ING. El bombeo en los yacimientos de esquisto estadounidenses durante la última década ha impulsado la producción petrolera en ese país hasta máximos históricos este año.
La extracción de crudo está situada ahora en los 11,6 millones de barriles por día (bpd), ayudando a que Estados Unidos sea autosuficiente a nivel energético. El mayor exportador mundial, Arabia Saudita, ve con alarma cómo el suministro empieza a superar al consumo, provocando temores a una repetición de la sobreabundancia que provocó el desplome de los precios en 2014.
El ministro de Energía saudí, Khalid al-Falih, defendió el lunes reducir el suministro de crudo el próximo año en torno a 1 millón de bpd.