Desde aplicaciones de traducción hasta el reconocimiento facial, la inteligencia artificial se está convirtiendo en una parte clave de la vida cotidiana, un “salvaje oeste” dominado por Estados Unidos y China al que la Unión Europea (UE) quiere poner orden.
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La Comisión Europea (CE) presentó ayer sus ideas para regular la IA con la esperanza de impulsar campeones en este sector estratégico. “Queremos que la aplicación de estas nuevas tecnologías sea digna de la confianza de nuestros ciudadanos (...). Alentamos un enfoque responsable de la inteligencia artificial centrada en el hombre”, dijo Ursula von der Leyen, presidenta de la CE.
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Los responsables en Bruselas reconocen que las empresas europeas perdieron el barco de la primera oleada de la revolución de internet, siendo el sueco Spotify el único gran actor frente a Google, Facebook o Amazon.
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Pero Europa sí ha tomado el liderazgo en normas que regulan internet, como su Reglamento General de Protección de Datos (RGDP), alabado como norma mundial para proteger los datos.
El comisario europeo de Industria, Thierry Breton, quiere mantener el estándar en la IA: “Al igual que con el RGDP, tenemos nuestras propias reglas” y “nos aseguraremos que se respeten los derechos individuales y fundamentales de la UE”.
El reconocimiento facial es uno de los ejemplos más evocadores de la inteligencia artificial, provocando pesadillas distópicas de un Gran Hermano rastreando los movimientos de los ciudadanos.
Las informaciones de que Bruselas exigiría una moratoria en su uso resultaron infundadas con funcionarios de la UE asegurando que esta tecnología ya está ampliamente desplegada.
“Lo que diremos es: Hagamos una pausa y averigüemos si existen... circunstancias en la que el reconocimiento facial a distancia debería autorizarse”, dijo la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager. “La inteligencia artificial no es buena ni mala en sí. Todo depende del porqué y el cómo se la utiliza”, agregó Vestager.
SALVAJE OESTE
Regular la IA “es un poco como el salvaje oeste. Empezamos en tierra virgen donde haces lo que quieres y después nos organizamos”, en palabras de Breton.
La actitud de la UE hacia la IA se basará en el riesgo: cuanto más peligroso o controvertido sea su uso, más estrictas serán las normas. Esta estrategia es bienvenida por las empresas que temen que Bruselas intente establecer reglas generales para industrias enteras y ahogue así la innovación.
En su lugar, la estrategia considerará las actividades caso por caso, dejando libres los usos básicos como la traducción o los mapas, pero manteniendo la tecnología médica bajo control estrecho.
Funcionarios de la UE insisten en que la estrategia del bloque no pretende ser una declaración de guerra contra Estados Unidos y China, los principales actores en el despliegue de la IA. La preocupación se ve agravada por las conversaciones sobre la división del mundo en esferas de influencia digitales, con Europa atrapada entre Washington y Pekín.
Pero “en términos de seguridad, independientemente del origen de los productos, habrá que aceptar un cierto número de reglas para poder operar en la UE”, según el comisario de Justicia, Didier Reynders. Vestager, quien explicó que los planes se refieren más a la definición de un enfoque de la IA que al deseo de imponer normas fuera de las fronteras.
SIN ACUERDO CON REINO UNIDO
(EFE) Los embajadores de los países de la UE no lograron ayer aprobar el mandato para negociar la relación con el Reino Unido tras el Brexit, y seguirán trabajando en los apartados del texto relativos a la igualdad de condiciones. El pasado 3 de febrero, la CE publicó su propuesta, en la que ofrecía un acuerdo comercial “altamente ambicioso” sin aranceles ni cuotas para todos los bienes y se subrayaba la necesidad de la igualdad de condiciones.