Los inversionistas de Venezuela están preocupados de que se estén volviendo invisibles. Esa es la preocupación entre un creciente número de tenedores de bonos soberanos seis semanas después del misterioso anuncio del Gobierno de que intentaría reestructurar su deuda al tiempo que continúa mientras tanto pagando lo que debe.
Lea: (Crean nueva divisa en Venezuela con la imagen de Hugo Chávez).
Ha pasado un mes de una reunión de acreedores en Caracas en la cual no se produjeron propuestas específicas, y mientras los pagos atrasados de bonos se acumulan sin ninguna palabra de parte de las autoridades, la relación parece estar en terreno pedregoso.
Lea: (Sobrinos de primera dama de Venezuela son condenados a 18 años de prisión).
Las cosas no se ven tan mal para los inversionistas en la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela SA, o PDVSA. Si bien los pagos de algunos de esos pagares también están atrasados, los ejecutivos en la empresa parecen estar haciendo un esfuerzo más concertado para cumplir con sus obligaciones.
Lea: (Venezuela, ¿sin luz al final del túnel?).
Pero desde el anuncio de la reestructuración no se ha pagado nada de la deuda del Gobierno, mientras que al menos tres bonos de PDVSA se han pagado. Cabe preguntarse: ¿el Gobierno soberano se está aprovechando de la fidelidad de los inversionistas para dejar de efectuar los pagos de forma selectiva y discreta?
"Hay mucha incertidumbre y es imposible saber si los cupones no pagados son el resultado de un impago o de obstáculos en el mecanismo de pago", dijo Graham Stock, jefe de investigación de deuda soberana de mercados emergentes de BlueBay Asset Management en Londres. "Si es lo primero, podría ser ciertamente un incumplimiento selectivo".
Venezuela realizó el último pago de su deuda soberana en septiembre. El gobierno está ahora retrasado en 700 millones de dólares de intereses sobre ocho bonos, seis de los cuales se consideraron en mora luego de que expiraran sus periodos de gracia.
Mientras que el presidente Nicolás Maduro y sus aliados han dicho en reiteradas ocasiones que la nación respeta su deuda (y que la cadena de pagos se ha visto obstaculizada por bloqueos financieros protagonizados por enemigos capitalistas), esas declaraciones tranquilizadoras se han vuelto menos frecuentes en las últimas semanas. La última vez que las autoridades señalaron que habían transferido fondos para pagar a los acreedores fue el 15 de noviembre, por dos bonos que aún no se han pagado.
Mientras tanto, como si todo fuera normal, tanto la deuda del gobierno como de PDVSA aún se cotizan con interés acumulado, según las pautas recomendadas por la Asociación de Operadores de Mercados Emergentes (EMTA).
A diferencia de un escenario típico de incumplimiento de pago (en el cual los bonos comienzan a cotizar "planos" sin intereses acumulados o derechos sobre el cupón no pagado), en este caso los inversionistas están técnicamente operando con la expectativa de que esos pagos se realicen.
De hecho, muchos inversionistas a largo plazo, conocidos como "dinero real", probablemente no venderán sus posiciones en Venezuela hasta que estén seguros de que ya no vendrán más pagos, de acuerdo con Bank of America Corp. Es difícil saber cuándo ocurrirá eso sin información clara por parte del gobierno, escribieron estrategas del banco en un informe el 13 de diciembre.
Un portavoz del Ministerio de Economía declinó hacer comentarios, y señaló que no estaba autorizado para ello. La Oficina Nacional de Crédito Público de Venezuela no contestó las llamadas.
La cuestión de si Venezuela podría en última instancia priorizar la deuda de PDVSA por encima de la propia ha sido contemplada desde hace mucho tiempo porque el productor de petróleo es el generador de dinero de la nación y la principal fuente de divisas extranjeras.
Algunos bonos de PDVSA están respaldados por activos de refinación en Estados Unidos, lo que proporciona un incentivo aún mayor para mantenerse al día con respecto a esas obligaciones. Mientras tanto, el Gobierno soberano enfrentará dos enormes pagos de capital en 2018, un año de elecciones (no se ha establecido una fecha específica). Tal vez, especulan algunos tenedores de bonos, el Gobierno piense que ese efectivo se puede gastar mejor en el empobrecido electorado.