Las multas por infracciones a los peatones han crecido significativamente. Según un informe de la Secretaría de Movilidad, hay un top tres que encabeza la lista de infracciones entre enero y abril del 2019.
El primero es poner en peligro la integridad física por cruzar indebidamente los semáforos o las cebras (2.105 casos); el segundo, atravesar el tráfico vehicular donde hay pasos peatonales (1.658 casos) y el tercero, invadir la zona destinada al tránsito de vehículos con patinetas eléctricas, monopatines o similares.
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Según el informe de siniestralidad de 2019, los peatones son el segmento más vulnerable en el sistema de movilidad. Entre enero y abril de este año, frente al mismo periodo del 2018, hubo 30 por ciento menos muertes de peatones, al pasar de 91 a 63.
Según la Secretaría de Movilidad, la disminución de esta cifra corresponde al Programa de gestión de velocidad en siete corredores, 2.600 zonas escolares y 10.000 cruces peatonales.
Además, hay concientización de la ciudadanía por medio de campañas como ‘Todos somos peatones’ y ‘El poder del cono’. Sin embargo, los habitantes de Bogotá continúan poniendo en riesgo su vida por no pasar un puente peatonal o cruzar indebidamente una calle. La cifra de infracciones a peatones aumentó 66 por ciento, al pasar de 9.287 en 2017 a 15.444 en 2018.
Entre los peatones, una de las respuestas más comunes para no usar los puentes son la inseguridad y el afán. El ciudadano Óscar Ortega señaló que hacen que su trayecto sea más largo, y por ende, pierde tiempo. “Me da pereza caminar hasta allá cuando puedo cruzar la calle en menos tiempo que si voy por un puente, además, tengo afán”.
¿PROBLEMA O SOLUCIÓN?
Para Darío Hidalgo, con más de 20 años de experiencia como experto en movilidad, en los puentes peatonales, de ciertas zonas de Bogotá, está el riesgo del atraco. Además, no están destinados para proteger a los peatones, sino para acelerar el tráfico vehicular.
“Pensamos que usar un puente peatonal significa recorrer 50 metros, pero el paso elevado implica subida y bajada de rampas y escaleras, que termina siendo un sobrerrecorrido peatonal de 200 metros para un cruce de una avenida de 50 o 60 metros”. Advierte que no se trata de justificar a los peatones, “pero si la infraestructura no es inclusiva y no está diseñada para las necesidades del peatón, usar comparendos es un contrasentido”.
¿POR QUÉ AUMENTARON?
Según la Secretaría de Movilidad, los comparendos han aumentado porque hay mayor capacidad de control, gracias al monitoreo y vigilancia con cámaras por parte del Centro de Gestión de Tráfico.
Las infracciones no vehiculares a peatones y bicicletas aumentaron el 79 por ciento: pasaron de 35.387 en 2017 a 63.461 en 2018.
Según Edder Velandia, experto de la Universidad de La Salle, “el incremento del número de comparendos no se debe a que los peatones sean más infractores, sino a que debe haber mayor control en las vías de tránsito”.
Para Hidalgo, hay falta de control de las autoridades y malos diseños que generan cruces indebidos de peatones. “Estos diseños priorizan el tráfico vehicular sobre el peatonal. Se exigen recorridos larguísimos a peatones, que caminen 400 o 500 metros extra hasta un paso peatonal semaforizado o elevado para evitar una parada adicional a los conductores de carro”.
Redacción Bogotá - El Tiempo