El año pasado, las entidades financiadoras de vivienda entregaron $7,5 billones para la adquisición de oferta residencial, lo que, según el Dane, representó un aumento de 7,3% frente al 2017.
Un dato importante fue el de la inversión en casas y apartamentos usados, para los cuales los bancos movilizaron cerca de $3,3 billones. Esto, según la entidad estadística, significó un incremento de 11,3%; en el caso del stock nuevo, el aumento fue de 4,2%, a través de $4,2 billones gestionados entre los interesados en la inversión.
(Los precios de la vivienda usada empiezan a moderarse).
Portafolio consultó a la presidenta de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), María Clara Luque, quien destacó que en la última década, todo el territorio nacional ha tenido un incremento en el valor por metro cuadrado.
“No obstante, en los dos últimos años se mantiene una tendencia marcada hacia la inversión en la usada, debido a que ofrece más opciones de ubicación, áreas más generosas y un valor por metro cuadrado más bajo, comparado con el inventario disponible para estrenar”. Esto, en consecuencia, también se ha reflejado en la cantidad de unidades demandadas.
VIVIENDAS FINANCIADAS
De hecho, de 128.373 casas y apartamentos financiados el año pasado (que significaron una variación de -0,7% frente al 2017), 81.980 fueron nuevos y 46.393 de segunda.
Según el Dane, esta leve caída se explicó por el decrecimiento de 5,5% en la cantidad de unidades nuevas, mientras que las usadas aumentaron 8,9%.
Sobre esta dinámica, Luque agregó que “con la dificultad que plantean la movilidad y el transporte público en las principales ciudades y en las intermedias, las familias ya no están dispuestas a vivir en los extramuros y prefieren apostarle a la oferta de segunda para tener calidad de vida”.
Y es una tendencia que, incluso, se está fortaleciendo en la vivienda de interés social (VIS), donde los préstamos individuales desembolsados para la compra aumentaron 3,4% el año pasado respecto al 2017. “Aunque los créditos entregados para adquirir el stock nuevo registraron un crecimiento de 1,8%, los concedidos para VIS usada aumentaron 13%”, destaca el informe, que –además– tiene un capítulo sobre el desempeño de las diferentes entidades crediticias.
(Las ventas de vivienda usada serán impulsadas por Fedelonjas y el FNA).
Por ejemplo, del valor de los créditos entregados el año pasado el Fondo Nacional del Ahorro participó con 23,3% y la banca hipotecaria con 5,5%. Caso contrario fue el de las cajas de compensación familiar y los fondos de vivienda, donde este indicador reportó una variación de -8,5%.
En el caso de las regiones, el Dane también destacó la participación de Bogotá y los departamentos de Antioquia y del Valle del Cauca, que concentraron el 60,2% del valor total del crédito entregado para la adquisición durante el cuarto trimestre del año pasado 2018.
Estas cifras consolidadas están trazando una tendencia que, de la mano con las tasas de interés, reforzaría el buen momento de la VIS y podría revertir los indicadores a la baja de los segmentos medio y alto, tanto usados como nuevos.
De hecho, en días pasados la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) advirtió que las tasas hipotecarias aún están en niveles históricamente bajos, 10,5%, lo que será determinante para respaldar los subsidios a la tasa disponibles del programa Mi Casa Ya.
EL DANE PRESENTÓ OTROS INFORMES
La producción de concreto del 2018 también fue presentada este lunes por el Dane: cayó 3,9% frente al 2017, debido a que la demanda en la categoría de edificaciones (hoteles, bodegas, etc.), registró una variación de -14,6%; lo mismo le sucedió a la vivienda, con -7,9%. El dato positivo estuvo del lado de las obras civiles, donde esta variable aumentó 25%. La entidad también dio a conocer el Índice de Costos de la Construcción de Vivienda de enero pasado, que presentó una variación anual de 2,25%, frente al mismo mes del 2018. Mano de obra fue la única con un aporte positivo: 3,14%, mientras que materiales (con 1,85%) y maquinaria y equipo (con 1,57%) tuvieron variaciones inferiores.