El fondo de inversiones canadiense Brookfield Business Partners cerró un acuerdo para comprar la compañía Westinghouse Electric, en bancarrota desde hace diez meses, en una operación valorada en unos 4.600 millones de dólares.
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Westinghouse Electric, la subsidiaria nuclear estadounidense de la multinacional japonesa Toshiba, confirmó en un comunicado que esperan poder cerrar el acuerdo en el tercer trimestre de este año, a la espera de su aprobación por el tribunal de bancarrotas.
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Agobiado por sus cuantiosas pérdidas por la devaluación de su negocio nuclear, Westinghouse Electric se vio obligado en marzo del año pasado a acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en un tribunal de bancarrotas de Estados Unidos.
“La adquisición de Westinghouse por parte de Brookfield reafirma nuestra posición de liderazgo en la industria nuclear a nivel mundial”, dijo el presidente y consejero delegado de Westinghouse, José Emeterio Gutiérrez.
El máximo ejecutivo de la compañía destacó que la transformación y el proceso de reestructuración estratégica de sus negocios creará una empresa “más fuerte y más estable” en beneficio de sus clientes y trabajadores. Durante este proceso, en el que deberá recibir también el visto bueno de las autoridades reguladores, Westinghouse Electric seguirá operando “con normalidad” bajo el liderazgo del actual equipo directivo, según indicó la empresa de Pittsburg (Pensilvania).
Se espera que la transacción sea financiada con cerca de US$1.000 millones de capital, unos US$3.000 millones de financiamiento de deuda a largo plazo, y el resto mediante la asunción de ciertas obligaciones operativas, ambientales y de pensiones, según un comunicado de Brookfield. Los socios comerciales de la firma dijeron que financiarán aproximadamente la mitad del capital al cierre utilizando los fondos existentes y pueden sindicar parte de la inversión a otros inversores institucionales en una fecha posterior.
Las acciones de Brookfield Business Partners que cotizan en Wall Street subían ayer con fuerza un 3,01 % en la Bolsa de Nueva York (NYSE), donde se han disparado más de un 45 % en los últimos doce meses.
Es la primera incursión en el sector nuclear de Brookfield Business Partners LP, una unidad que cotiza en bolsa. El acuerdo marca un giro positivo en una larga saga de problemas financieros derivados de los proyectos de reactores de Estados Unidos que arrastraron a Westinghouse a la bancarrota, atraparon a su matriz, Toshiba Corp., y también a los maltratados servicios públicos estadounidenses que habían asumido su construcción.
“Westinghouse es una empresa de alta calidad que se ha establecido como líder en su campo, con una base de clientes a largo plazo y una reputación de innovación”, dijo a través de un comunicado Cyrus Madon, CEO de Brookfield Business Partners.
“Esperamos aportar nuestra importante experiencia y reputación como propietario a largo plazo y operador de infraestructura crítica en Estados Unidos y en todo el mundo, así como nuestras capacidades de administración de instalaciones profundas, para mejorar la posición de la compañía como proveedor líder de servicios de infraestructura a nivel mundial y de la industria de generación de energía”, agregó el dirigente.
Desde que se declaró en bancarrota en marzo, Westinghouse dijo que planeaba abandonar el negocio de la construcción de nuevos reactores y concentrarse en darles servicio, incluido el trabajo de desmantelamiento. Desde entonces, surgieron informes de que la administración de Trump está alentando a Arabia Saudita a considerar las ofertas de Westinghouse y otras compañías estadounidenses para construir reactores, una oferta políticamente controvertida considerando los acuerdos previos con Estados Unidos que prohibían el enriquecimiento de uranio.
El acuerdo no incluirá lo que habían sido los proyectos más preciados de la compañía: los planes para construir sus reactores AP1000 para los servicios públicos de EE. UU. en Carolina del Sur y Georgia.
Esos proyectos, plagados de demoras y costos excesivos, eventualmente llevaron a su caída, y Westinghouse utilizó el proceso del Capítulo 11 para distanciarse de cualquier obligación hacia ellos. Brookfield también acordó comprar activos significativos en la industria eólica y solar que se había visto envuelta en la bancarrota de SunEdison Inc.
El acuerdo incluye los negocios de Westinghouse en Europa, Oriente Medio y África, que se habían mantenido al margen de la protección por bancarrota.
*Con información de agencias.