Felipe Gómez Arbeláez ha hecho en los últimos años de su vida una cruzada por promover el emprendimiento y la innovación, la cual lo ha llevado a varios países como conferencista.
(Lea: Documentales que todo emprendedor debe ver)
Gómez es administrador de empresas de la Universidad de los Andes, con un MBA del IMD de Lausanne (Suiza) y llegó a este punto tras 25 años ‘echándose al hombro’ tanto empresas propias como ajenas. En 1995 fundó Ink. una firma colombiana pionera en multimedia e interactividad, luego presidió la junta directiva de Farmacity Colombia y dirigió Compass Group Colombia, entre otras.
(Lea: ¿Cuánto cuesta emprender en Colombia?)
Sus charlas le dieron vida a ‘Actitud E’, un libro que esboza su metodología para emprender y hacer realidad los sueños, y ahora tiene montada otra modalidad de conferencia con el título ‘Virtuoso’.
¿POR QUÉ ASUMIR LA PROMOCIÓN DEL EMPRENDIMIENTO COMO MISIÓN DE VIDA?
Cuando estaba emprendiendo algo desde cero, con las uñas, como todo emprendedor, y otras respaldado por inversionistas y grupos que ya tenían algún modelo de negocio en otras partes del mundo, siempre trataba de manejar esos negocios con una mentalidad de emprendedor, de asumir riesgos y hacer las cosas de manera diferente, de estar innovando. En ese proceso me di cuenta de que cuando hablaba con la gente, fuera en grupos pequeños o grandes, se conectaban mucho con el mensaje y tenía una especie de transformación.
¿ERA UNA HABILIDAD PARA INSPIRAR?
Sí, como de entusiasmar a la gente para que salga de su rutina y que sea más emprendedora en lo que hace. Con esto no me refiero solo al proceso de formar empresa, sino que en una organización todo mundo necesita tener una mentalidad emprendedora: el que está escribiendo los artículos, el que los edita, el que maneja el negocio. Pueden romper esquemas y asumir riesgos, moverse de una manera más ágil.
¿ES POSIBLE SER EMPRENDEDOR SIN HABER NACIDO CON ESA MENTALIDAD?
Sí, absolutamente.
¿CÓMO?
Todo esto gravitó en una conferencia que se llama ‘Actitud E’, y de esta se desprende el libro; de ahí viene otra conferencia que se llama ‘Virtuoso’, que busca dar herramientas para una mentalidad emprendedora, sin importar la edad, el cargo, si está en el sector público o privado; porque el motor del crecimiento de un país, empresa o industria está en que la gente que los maneja tenga esta mentalidad, ganas de crear, innovar, de transformarse.
PERO POR MÁS QUE SE ENSEÑE, SI ESO NO NACE ES DIFÍCIL QUE FRUCTIFIQUE.
Claro, pero la naturaleza humana siempre lleva a que la gente sea soñadora. Cada uno tiene algo que aportarle a la empresa donde trabaja, pero muchas veces se lo guarda por timidez, miedo o angustia de que lo rechacen, o de que lo copien, o por otros motivos.
¿CUÁL ES ENTONCES LA CLAVE?
En mi teoría hablo de seis E, que son como los atributos que caracterizan a la gente que tiene una mentalidad emprendedora: el enfoque, esa capacidad de soñar, lo poseemos todos, no importa si somos chiquitos, grandes, viejos; tenemos sueños y proyectos y queremos transformar y transformarnos. Luego viene la energía, porque hay mucha gente con capacidad de soñar, pero sin la energía para convertir los sueños en realidad; esta es la capacidad de ejecutar con excelencia todo lo que tengo que hacer para que ese sueño se haga realidad, es tener un modelo de trabajo, rigor, disciplina, eficiencia, medir las cosas.
La tercera es empeño, o sea la capacidad de afrontar las dificultades, es entender que el fracaso es parte del camino y ver qué se puede aprender de él.
Luego viene el equipo, que es la capacidad de trabajar con otras personas, porque quien va solo tras sus sueños se muere de soledad; el emprendedor necesita estar rodeado de gente que lo complemente, cuestione, exija, provoque.
¿Y LAS OTRAS E?
Luego viene la elasticidad mental, que es la capacidad de innovar, de ser creativo y experimentar. Una firma como Amazon tiene 2.000 experimentos vivos todos los días y Facebook, 9.000; están probando distintas cosas y algunas funcionan mientras que otras no, pero se necesita la posibilidad de decir que tratemos de hacer las cosas de una manera distinta.
La última E del modelo es la entrega, que es encontrarle un propósito mayor a lo que uno hace. Por supuesto, si alguien monta un negocio lo obvio es que quiera poner un producto o servicio y venderlo con un buen margen para ganar dinero, pero los emprendedores exitosos de verdad han sido capaces de amarrar su oferta a algo más grande, como darle una mejor calidad de vida a unas personas, el desarrollo de la gente que trabaja en una organización, y asuntos así.
Hay una séptima cosa de la que hablo en el libro, pero la separo porque uno no la puede controlar, y es la ‘estrella’, lo cual remite a los momentos de buena fortuna que muchas veces se presentan y que transforman el destino de las empresas o personas. Por ejemplo, en la historia de 3M las notas ‘postit’, o el Viagra para Pfizer. Estaban inventando otra cosa, pero les salió eso y lo aprovecharon.
HABLAR DE ESTE TEMA SE VOLVIÓ MODA, PERO ¿CÓMO HACER PARA QUE DEJE HUELLA?
Creo que la innovación se da cuando existe una cultura de emprendimiento en la organización, porque esto quiere decir que ella está abierta a que la gente ensaye cosas nuevas, proponga y se equivoque, porque de cien experimentos, cinco funcionan.
PERO LAS EMPRESAS NO QUIEREN PERDER.
Es un cambio de chip que tienen que hacer. Las planas gerenciales tienen que entender que para sobrevivir en estos momentos hay muchos factores convergiendo y que demandan que las organizaciones sean innovadoras y se transformen desde lo digital, de lo cultural en sus procesos de innovación.