Más de trece proyectos corporativos en el país, que suman cerca de 30.000 metros cuadrados, y la apuesta al desarrollo de nuevos negocios están trazando la agenda de CBRE Colombia, firma de consultoría, comercialización, inversiones y servicios inmobiliarios, que prevé un mejor desempeño del sector al cierre del 2018.
Sobre este y otros temas habló Andrés Cardona, su director de Transacciones y Consultoría, que es muy activa en el mercado de oficinas, en el que innovar y construir tendencias son grandes retos.
A propósito de la fortaleza de CBRE en el mercado corporativo, ¿cuál es el diagnóstico para el país, teniendo en cuenta que hay sobreoferta y, con esto, precios de alquiler más bajos?
Con la base de que estamos innovando respecto a la forma de entender los diferentes mercados, aprovechamos el big data para combinar comprobar nuestras hipótesis, lo que nos permite identificar tendencias en varios segmentos.
Por ejemplo, en oficinas se han mantenido en promedio cerca de 390.000 metros cuadrados en niveles máximos históricos de desocupación. La absorción (tiempo en que un inmueble es habitado) ha tenido buen desempeño, pero no ha sido suficiente para superar el ingreso de nuevos metros cuadrados. Esto, muchas veces motiva a los propietarios a ser agresivos, ya sea con un precio bajo u otras concesiones, que impactan los valores de renta que reciben los inversionistas.
¿Cómo ve el modelo de arrendamiento y del único dueño en el negocio de oficinas?
En materia de modelos de renta, los mercados necesitan un punto de más madurez para explotar su potencial, ya que es tradicional que se realicen negociaciones con condiciones base (típicas) que en otros mercados emergentes son más versátiles y oportunas para las empresas. Estas incluyen periodos de gracia amplios y contratos de largos plazos superiores a cinco o diez años, entre otros beneficios para propietarios y ocupantes.
¿Y el país está en la línea correcta?
Frente a mercados como Chile y Argentina, aún hay mucho por recorrer para ser más competitivos. De esta forma, y con las dificultades del mercado debido a la alta oferta, lo más recomendable es apostar por grandes inquilinos con contratos a largo plazo, para lo cual se requiere una estructura de propiedad única.
Con indicadores a la baja en el sector inmobiliario, ¿qué esperan para lo que resta del año?
Considerar una recuperación en el corto plazo es desafiante porque gran parte del crecimiento se concentra en el ingreso de nuevos proyectos que impulsen la ocupación. Así, teniendo en cuenta que estructurar el end to end de los proyectos (es decir, en cada ciclo) toma cerca de seis meses, seguramente esto alargará la agregación de valor para el 2019. Por ello, solo resta aprovechar en mayor medida los inventarios competitivos vigentes, además, porque la aplicación de la transición para el sector siempre es rigurosa; sin embargo, esto constituirá una buena base para el futuro.
La compañía también se ha especializado en la renovación de espacios corporativos, entre otros. ¿Cómo operan?
En el país llevamos más de 80 proyectos ejecutados en renovación de espacios corporativos (unos 100.000 metros cuadrados). Las empresas del sector de tecnología siempre son muy activas; algunas cambiaron su estrategia general y disminuyeron su tamaño para ser más eficientes convirtiendo operaciones locales en regionales. Otras, por el contrario, ampliaron sus operaciones desde Bogotá, creciendo en más del 200% de su tamaño original. Al sector financiero han llegado muchos bancos; hemos construido oficinas para cinco, todos con inversión en infraestructura; así, la tendencia clara es la optimización de espacios.
¿Cómo ven el negocio de los centros comerciales, en el cual también CBRE tiene presencia?
Es muy importante en el sector edificador, pues mueve recursos, marcas, segmentos de mercado, tráfico vehicular y peatonal, entre otros, debido a que permiten la consolidación de diversas zonas geográficas como centralidades o centros de afluencia.
Colombia no ha sido la excepción, además, porque el sector edificador es pionero en concebir sus desarrollos desde el concepto de ‘sistema de ciudad’, que también se ha movilizado en ciudades intermedias y, en el caso de las capitales departamentales, hacia sus áreas metropolitanas: Floridablanca, en Norte de Santander; Chía, Cajicá y Soacha, en Cundinamarca; Envigado, en Antioquia, y Dosquebradas, en Risaralda, son ejemplos de ello.
¿Y la vivienda?
Aquí resulta más importante el crecimiento en ciudades intermedias puesto que los gobiernos municipales han entendido que parte de su crecimiento está motivado por el sector. Además, el aumento de los precios por metro cuadrado en las capitales ha motivado a los inversionistas a considerar otros mercados para realizar sus inversiones a largo plazo, sumando a esto la ampliación de plazos para la financiación de cuotas iniciales y los beneficios otorgados por el Gobierno.
¿Qué es eso de “construir tendencias”, una de las metas de la compañía?
En época de grandes cambios en nuestro mercado y a raíz de la necesidad de tener iniciativas creativas de parte de los propietarios para superar épocas de alta oferta, es cuando compañías como la nuestra se posicionan ofreciendo a todos soluciones ya probadas en mercados que también han enfrentado los mismos retos. El mercado inmobiliario es cíclico y, a su vez, predecible de alguna manera. Lo claro es entender el momento en el que nos encontramos para enfrentar los retos puntuales y salir adelante.
En Twitter: @GabrielFlorezG