Al día siguiente de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el electo vicepresidente Mike Pence asistió a la presentación del musical Hamilton en Broadway, el más celebrado espectáculo de los últimos años, que ha recibido 11 premios Tony y un Grammy. Al percatarse de la presencia del segundo hombre en el poder –luego de Donald Trump– el actor afroamericano Brandon Victor Dixon, le increpó porque el gobierno próximo a iniciarse había advertido que actuaría contra los inmigrantes. Le pidió, entonces, que no saliera del teatro, y que lo escuchara.
Esto dijo el actor: “Nosotros somos los Estados Unidos diversos, que están alarmados y ansiosos porque su nueva administración no nos proteja, ni a nuestro planeta, ni a nuestros hijos, ni a nuestros padres, ni tampoco defienda o respalde nuestros derechos fundamentales”.
Alexander Hamilton, padre fundador y economista estadounidense fue primer secretario del Tesoro (1789-1795), y desde ese cargo realizó los primeros informes sobre la deuda pública, la banca nacional y las manufacturas. Con base en esos informes se organizó el primer Banco Nacional emisor del papel moneda, depositario de fondos públicos, además de manejar las tasas de interés, lo cual unido al crédito público y a un sistema impositivo eficiente, y al ordenamiento de las aduanas, produjo un relativo éxito económico.
Para la manufactura, Hamilton estableció subsidios, aranceles y apoyo financiero, estimuló la división del trabajo, la mejoría en procesos, uso de maquinaría, generación de empleos, aplicación libre del talento y el espíritu empresarial. Buscaba así reducir la dependencia de Europa y desarrollar el aparato productivo de Estados Unidos y no estaba a favor del libre comercio, pues creía que solo beneficiaba a las potencias colonialistas e imperialistas.
Hamilton murió por una bala disparada por el vicepresidente Aaron Burr, el 12 de julio de 1804, luego de un duelo, y sobre él se han escrito varias biografías, siendo la de Ron Chernow la mas reconocida.
El epitafio de la tumba de Hamilton, en la iglesia episcopal, en Manhattan, cerca de la bolsa y de las antiguas torres gemelas, reza: “A Alexander Hamilton, el patriota de incorruptible integridad, el soldado de probado valor, el estadista de consumada inspiración cuyos talentos y virtudes deben ser admirados”.
Este musical ha llamado la atención inicialmente porque su director de ascendencia puertorriqueña (hispano hablante) apostó por negros y latinos para interpretar a los próceres de Estados Unidos, entre estos al protagonista. Pero esta semana, al nominar cerca de medio centenar de juristas para cubrir las vacantes en la Rama Judicial, Trump, solo incluyó a un afroamericano y un latino.
¡No cabe duda de que el llamado de los artistas que interpretan a Hamilton, no ha tenido acogida!