La Conferencia internacional del trabajo, celebrada recientemente en Ginebra, en la cual se conmemoró el centenario de la fundación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptó la Convención 2019 sobre la violencia y el acoso en el trabajo, junto con una recomendación complementaria para su implementación.
Este convenio reconoce que el acoso en el mundo del trabajo “puede constituir una violación a los derechos humanos, es una amenaza a la igualdad de oportunidades y es inaceptable para un trabajo decente”. La nueva medida define la violencia y el acoso como conductas, prácticas o amenazas “que buscan o resultan en daño físico, psicológico, sexual o económico” y recomiendan a los Estados miembros de la organización promover un “ambiente laboral de tolerancia cero”.
Este instrumento busca proteger a los trabajadores y empleados independientemente de su condición contractual, e incluye practicantes, aprendices, voluntarios, quienes buscan empleo y aplicantes a un trabajo. La norma sanciona la violencia y acoso en el lugar de trabajo, los sitios de pago, descanso y alimentación; servicios sanitarios, y situaciones ocurridas durante los viajes de trabajo, entrenamiento, eventos sociales, traslados desde y hacia el trabajo.
El director de la OIT, Guy Ryder, saludó la adopción de la norma diciendo que “este nuevo convenio reconoce el derecho de todos a un mundo de trabajo libre de violencia y acoso; y ahora se trata de poner en práctica estas protecciones para crear un ambiente de trabajo mejor, seguro y decente para hombres y mujeres”.
Y Manuela Tomei, directora del Departamento de Calidad del Trabajo en la OIT, comentó que “sin el respeto no hay dignidad en el trabajo y sin dignidad no hay justicia social”.
El convenio expresa un acuerdo consensuado entre los mandantes de dicha organización acerca de la definición de violencia y acoso, establece en detalle lo que hay que hacer para evitarlo y controlarlo, y determina a quién corresponde hacerlo. Cabe esperar que la ratificación por los Estados miembros y la aplicación de estos parámetros mejoren las condiciones de trabajo, haciéndolos libres de la presión a la que pueden ser sometidos los y las trabajadores/as, dada su situación de vulnerabilidad.
El convenio fue aprobado con 439 votos, 7 en contra y 30 abstenciones y deberá entrar en vigor 12 meses después de que dos Estados miembros lo hayan ratificado, en tanto que la recomendación, que no es legalmente vinculante, aporta guías para la aplicación del convenio. Es notable que se trata de la primera vez que se adopta un nuevo convenio en la OIT desde 2011 cuando se adoptó el convenio 189 sobre el trabajo doméstico y en esta ocasión participaron 5.700 delegados de los gobiernos, organizaciones de empleadores y de sindicatos de trabajadores de los 187 Estados miembros.
La OIT fue concebida en la Conferencia de Versalles, que puso fin a la primera guerra mundial, es la única institución del sistema de Naciones Unidas constituida de forma tripartita y ha cerrado esta conferencia de celebración de su centenario de existencia con la promulgación de una declaración acerca del futuro del trabajo.
Beethoven Herrera Valencia
Profesor de las U. Nacional y Externado
beethovenhv@gmail.com