La junta del Banco de la República ha sufrido varios cambios que ameritan evaluarse dada la importancia que para la economía colombiana tienen las decisiones que se tomen por parte de sus miembros.
La llegada de Roberto Steiner cuando se produjo el nombramiento del codirector Juan Pablo Zárate como viceministro de Hacienda fue muy bien recibida.
Steiner es reconocido como un brillante economista con una larga trayectoria como investigador y como un serio estudioso de la economía colombiana; cumplía por lo tanto en exceso con todos los requisitos para ocupar esta posición.
Ahora se acaba de producir la renuncia de José Antonio Ocampo como codirector de la junta del Banco de la República, lo que representa una seria pérdida para el país y para esta importante junta.
Ocampo no solo tiene una larga y excepcional trayectoria de servicio al país desde las más altas posiciones gubernamentales, sino que su larga trayectoria como economista ha aportado su profundo conocimiento sobre el país.
Además, su prestigio internacional y su vinculación actual a muchas instancias relacionadas con temas del desarrollo regional y mundial han sido parte de sus grandes aportes.
Pero sin duda su mayor contribución ha sido garantizar que las decisiones de la junta del Banco se beneficien de una visión pluralista.
Para quienes conocemos la comunidad de economistas colombianos, el nombramiento del reemplazo de Ocampo nos ha sorprendido. Sin duda la hoja de vida de Arturo José Galindo demuestra que tiene la formación académica para ocupar este importante cargo.
Tiene un doctorado en economía y ha sido profesor de varias universidades colombianas, Los Andes y el Rosario, además de ocupar cargos en el Banco Interamericano de Desarrollo durante los últimos 11 años, lo que garantiza un conocimiento sobre la economía latinoamericana.
Sin embargo, como pertenecer a la junta del Emisor es una de las más altas posiciones a las cuales puede aspirar un economista colombiano, sí sorprende que llegue un profesional que no tiene ninguna experiencia conocida en altos cargos públicos en Colombia en temas relacionados con el manejo económico. Una cosa es ser profesor sobre temas económicos en prestantes universidades del país y otra es haber tenido la responsabilidad de tomar decisiones sobre el manejo de variables que afectan el desempeño del desarrollo nacional.
La experiencia en el manejo de lo público ha demostrado ser vital, especialmente cuando el país vive uno de sus momentos más complejos de los últimos años.
La economía así esté comportándose mejor que en muchos otros países vecinos está lejos de tener no solo el nivel, sino la naturaleza que se requiere para resolver los inmensos problemas que demandan actualmente soluciones muy rápidas.
El desempleo sigue creciendo con las inmensas consecuencias sociales y políticas que trae consigo; no tenemos oferta exportable y no hemos logrado la transformación productiva que nos permita superar la dependencia actual del petróleo que no genera el empleo necesario y que no garantiza las tasas de crecimiento indispensables para responder a las visibles demandas sociales.
Aunque el Banco de la República tiene por ley el carácter de autoridad monetaria, cambiaria y crediticia, la verdad es que es indispensable que quienes toman decisiones en el seno de la junta no solo conozcan las especificidades de la economía colombiana como un todo, sus fortalezas y debilidades, sino también los costos que distintas decisiones tienen.
Esta es la experiencia que solo se adquiere cuando se han ocupado distintas posiciones gubernamentales y cuando se ha tenido que asumir el precio de los errores y los aplausos de los aciertos. Sin esta experiencia que es mucho más enriquecedora cuando se adquiere gradualmente, es muy difícil captar rápidamente la importancia de las decisiones que se tomen en el campo del desarrollo económico del país.
Adicionalmente, el nombramiento de Arturo José Galindo por parte del presidente Duque que obviamente pertenece a su círculo, tiene la seria consecuencia de que se pierde algo fundamental, la independencia del Banco de la República frente al gobierno. La mayoría de sus miembros ahora son de la órbita gubernamental y del corazón del Ministro de Hacienda.
Aun los que hemos sido críticos de la política neoliberal reconocemos que una de sus contribuciones ha sido precisamente tener un Banco Central independiente del Ejecutivo, porque garantiza un debate adecuado con pesos y contrapesos fundamentales en decisiones de la naturaleza de las que se toman en la junta del Emisor.
Sin duda este es el problema mayor que surge de este nombramiento y sobre esto los economistas no podemos quedarnos callados.
Cecilia López Montaño
Exministra.
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