Contrario al grueso de los analistas, veo con mucho optimismo el 2015. Es cierto que la caída en los precios del petróleo va a tener efectos negativos y probablemente nuestro crecimiento global se resienta, pero es claro que algunos sectores también se beneficiarán y, como en casi todas las situaciones, hay otra cara de la moneda.
La tasa de cambio, que ha mejorado de forma sustancial, afecta de manera muy positiva a los exportadores y a quienes compiten en nuestro mercado interno con importaciones. Tanto el sector industrial como el agrícola se verán beneficiados y en ambos casos se trata de fuertes generadores de empleo.
Un ajuste a la baja de los precios de la gasolina, que deberían ser mayores, ayudará a la productividad e implicará un alivio para los hogares que deben dedicar algo de su ingreso a este rubro. Entre carros particulares y motos, es claro que al menos 8 millones de hogares se verán beneficiados.
La inversión pública regional mostrará gran dinamismo, por ser este el último periodo de los actuales mandatarios locales, y la del nivel nacional se comportará mejor este año, en en el cual la ley de garantías no la afecta. Además, la ronda de contratos de concesión ya firmados y cuyo cierre financiero se producirá pronto, generará fuertes inversiones en bienes públicos con financiación privada.
La refinería de Cartagena por fin entrará en funcionamiento este año y eso producirá no solo aumentos en el Producto Interno bruto industrial, sino también en exportaciones hacia las Antillas y el Caribe, con valor agregado. Igual vemos proyectos privados como la nueva planta de cerveza que, según se ha anunciado, implicará la inversión de cerca de 400 millones de dólares.
La construcción tanto de vivienda como de centros comerciales y oficinas mantiene su dinamismo y aún no hay señales de deterioro en la cartera bancaria, razón por la cual es presumible que este sector continúe como uno de los motores de la economía.
La economía cafetera contará este año con 12 millones de sacos, a un precio internacional bueno, con una tasa de cambio favorable. Ello, sin duda, permitirá ver un buen dinamismo de la demanda agregada de cerca de 300 mil familias vinculadas a dicho sector.
Finalmente, la paz y la reducción de los niveles de violencia que ya se están registrando, son otra razón muy importante para el optimismo.
No desconozco la existencia de nubarrones, pero una economía con baja inflación, con una deuda pública controlada, con un déficit fiscal razonable y con varias fuentes de dinamismo, es el escenario para creer en un muy buen 2015.
El crecimiento podrá ser menor, pero estará distribuido en más manos.
César Caballero Reinoso
Gerente de Cifras y Conceptos
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