Al final del año pasado buena parte de los analistas identificaron los factores geopolíticos como una de las principales fuentes de riesgo para el buen desempeño de la economía global en 2020.
Dentro de este abanico de riesgos se destacaba de manera particular el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En campaña por la reelección hasta noviembre próximo, las decisiones del impredecible inquilino de la Casa Blanca sobre temas como la guerra comercial con China tendrían un gran impacto en la economía mundial en este año.
Solo tres días de este 2020 pasaron antes de que una decisión de Trump materializara abruptamente esos riesgos geopolíticos. Se trata del ataque mortal del pasado viernes de Estados Unidos contra el general iraní Qassem Soleimani en Bagdad.
El duro golpe propinado por Washington al régimen de Teherán disparó la tensión política y económica en todo el planeta. No sólo por que Soleimani era la mano derecha y militar de Irán sino también porque elevó el riesgo de confrontación bélica en medio de la región productora de petróleo más importante del mundo.
Las primeras reacciones al ataque reflejaron tanto la incertidumbre como el temor. Desde el punto de vista político, el ayatolá Alí Jamenei, líder iraní, juró vengarse de Estados Unidos y se retiró del acuerdo de contención nuclear mientras las Naciones Unidas condenaba las acciones norteamericanas.
Las tres potencias europeas- Reino Unido, Francia y Alemania- intermediaron ante Irán para frenar cualquier escalada del conflicto y la OTAN está revisando la continuidad de su presencia en Irak.
En materia económica se disparó, como era de esperarse, el barril de petróleo hasta los 70 dólares y el oro alcanzó su máximo nivel en 7 años. Los inversionistas buscaron activos para refugiarse durante la crisis.
Las expectativas de los mercados giraron en estos días alrededor de la eventual retaliación de Irán contra Estados Unidos. Ésta ya comenzó oficialmente anoche con dos oleadas de ataques con una docena de misiles a bases estadounidenses en territorio iraquí.
Los siguientes pasos de Trump en la región no son muy claros- de hecho, hubo un anuncio de retiro de las tropas norteamericanas de Irak que luego fue desmentido como un “error”.
Aunque la tradición de las represalias iraníes ha sido mediante milicias aliadas y grupos terroristas que financia alrededor del mundo, los ataques de anoche muestran que Teherán retaliará directamente. Habrá que esperar la magnitud de la respuesta por parte de Washington y si Irán mantiene la ofensiva.
Otra forma de contraataque de Irán sería cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula una buena cantidad del petróleo del mundo Sin embargo, la geopolítica del petróleo ha cambiado mucho en las últimas décadas en las que la dependencia de Estados Unidos del crudo del Medio Oriente ha disminuido. Esto reduce sustancialmente la capacidad iraní de generar disrupciones permanentes en la oferta mundial de petróleo.
Tras el inicio oficial de la “venganza” contra Estados Unidos ya no se puede descartar un escenario de nuevas confrontaciones entre un régimen iraní presionado para responder y un gobierno de Estados Unidos que ya tiró la primera piedra. Los mercados calibrarán hoy y en próximos días si la respuesta inicial de Irán constituye un paso más firme hacia una confrontación mayor.
El año electoral en Estados Unidos complica el escenario ya que la tentación para Trump de tomar decisiones militares con criterios electorales es muy alta. El 2020 arranca con muchas incógnitas sobre esta crisis que terminará impactando el desempeño económico global. La geopolítica se ratifica hoy como la fuente del mayor riesgo.