La autenticación y la seguridad pasan a definirse como los principales aspectos a tenerse en cuenta en un panorama, en el cual la movilidad es protagonista.
Recientemente, en el Mobile World Congress (MWC) la movilidad fue nuevamente puesta como punta de lanza del desarrollo tecnológico.
La presentación de los fabricantes fue impecable y el espectacular despliegue denota el interés mundial por un canal transaccional con inmensas posibilidades.
El cambio de GSM a 4G representa una profunda transición tecnológica que generará un volcamiento hacia la movilidad, sumado a la rápida penetración de los teléfonos inteligentes. En conclusión, se definirá un nuevo modelo de negocios y de interacción, pero cuando estemos en ese escenario ¿qué pasará?
Para el desarrollo de diferentes aplicaciones como las presentadas en el MWC, resulta fundamental identificar de manera plena al usuario, ese es el caso de los pagos móviles, donde una simple clave o contraseña no resultan suficientes.
La autenticación simple, entonces, no mitiga el riesgo de suplantación de identidad y los fabricantes así lo han notado. Un ejemplo interesante es el desarrollo del servicio Knox, creado por Samsung para dotar de seguridad a empresas desde sus dispositivos.
Se trata de seguridad para los datos, contenidos y aplicaciones que se encuentran en el teléfono. En materia de seguridad móvil corporativa, llama también la atención lo realizado por Symantec, Gemalto y muchos otros.
Sin embargo, un segmento que requiere atención desde la movilidad es el de los usuarios de a pie. Los ciudadanos como cualquiera de nosotros, en muchos casos, no encontramos desde las aplicaciones móviles los elementos que permitan garantizar la seguridad.
Las más populares han dejado el tema en manos de los grandes fabricantes, pero en un escenario de masificación móvil con alta capacidad transaccional, deben comenzar a trabajar en el asunto sino quieren perder clientes.
Estas, entonces, deben preocuparse por la seguridad y por mejorar la autenticación.
En el MWC se presentaron al respecto varias alternativas que deberán ser consideradas y a las que será necesario hacer seguimiento.
Se trata de la biometría a través de la identificación del usuario con su huella dactilar o de la voz, de la autenticación adaptativa o referencial, de la autenticación a través de claves dinámicas más conocidas como OTP y también la lectura de códigos QR.
En definitiva, la suma de esfuerzos por lograr sistemas de autenticación idóneos para la movilidad, derivará en servicios más completos y complejos a los que podamos acceder fácilmente.
Erick Rincón C.
Gerente de Certicámara