Frente a la polémica existente en el país sobre el nuevo esquema de regalías, es interesante que en el caso de la innovación ya no se hable de la falta de recursos, sino del reto tan importante que significa ejecutar el 10% de ellas en ciencia, tecnología e innovación.
Atrás quedaron los discursos en los que se comparaba la pobre inversión en investigación y desarrollo de Colombia, del 0,16%, frente a países en los que llega a 4% del PIB.
Ahora, la preocupación radica en la capacidad del sistema de ciencia, tecnología e innovación para invertir casi un billón de pesos anuales, cuando estaba acostumbrado a manejar presupuestos paupérrimos.
Colciencias, como rector del sector, y el Departamento Planeación Nacional, han estado tratando de responder a este desafío con la estructuración de la Estrategia Nacional de Innovación.
Se podría decir que dicha táctica contiene todo lo que debería, todo lo que los demás países están haciendo para promover la innovación: iniciativas para aumentar el recurso humano altamente calificado, instrumentos para facilitar el emprendimiento novedoso, recursos para financiar la investigación en las universidades, esquemas de colaboración Universidad - Empresa - Estado, etc. Sin embargo, cuando se presentó esta estrategia a expertos internacionales en un panel el año pasado, la recomendación unánime fue: "incluyan incentivos para crear una cultura de la innovación en Colombia".
Recientemente, Innpulsa Colombia, la unidad de desarrollo creada para promover la innovación y el emprendimiento en el marco de la Estrategia Nacional de Innovación, organizó su primer evento académico con presencia de profesionales de Israel, que precisamente hicieron énfasis en la cultura de innovación.
De acuerdo con los expertos, Israel se ha logrado posicionar como una economía que ha fundamentado su crecimiento en la generación de conocimiento, invirtiendo en investigación y desarrollo (4,5% del PIB), formando capital humano altamente calificado, y promoviendo la colaboración entre universidades y empresas, entre otras estrategias.
Además de eso, promueve la creación de una cultura de innovación, entendida como una actitud crítica y propositiva fundamentada en la confianza y cooperación, que valora los esfuerzos de innovación realizados por individuos, por empresas, y por todo tipo de organizaciones.
La pregunta que surge entonces es, ¿cómo crear una cultura de innovación en Colombia? Un primer paso es identificar casos exitosos y visibilizarlos para que tengan un efecto demostrativo en la sociedad.
Esto se logra mediante premios a los innovadores; personas, empresas u organizaciones que se destaquen, en su sector, en su región, por incorporar conocimiento para generar valor agregado.
Estos esfuerzos deben ser difundidos a través de los medios de comunicación, de tal manera que sirvan de ejemplo a otros y que generen admiración.
Además, entidades como Colciencias podrán sistematizar las experiencias para mostrar las mejores prácticas y, de esa manera, animar a quienes buscan involucrarse en actividades de innovación.
Este podría ser el camino para que nuestros niños sientan admiración por científicos y empresarios innovadores, más que por futbolistas y cantantes. Ese sería un cambio cultural importante para la sociedad colombiana.
Fernando Estupiñán
Director ejecutivo
Métrica
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