El hombre razonable se adapta a la realidad, el insensato y ególatra se empecina en adecuar el mundo a sí mismo. El primero mejora lo que puede y vive en paz sin ser un controlador, el segundo sufre batallando con los hechos y es un eterno insatisfecho.
Por eso toma la sabia decisión de no engancharte con lo que no puedes cambiar y que te roba la paz del alma. Para que lo veas claro, pinta en una hoja un círculo bien grande y en el centro uno diminuto. Colorea el primero de negro y le pones este nombre: círculo de resistencia, de no aceptación, de estrés, desgaste y no felicidad.
Al segundo, coloréalo con tu color favorito y lo bautizas así: círculo de aceptación, de paz y armonía, de buena energía y felicidad. Colócalo en un lugar visible, y al verlo piensa: se sufre en el primero y muy pocos se ubican en el segundo. Los noticieros te meten en el segundo y te enganchas con una avalancha de pésimas noticias. ¿Te das cuenta de cuán tonto y fácil es renegar por tantas cosas que no puedes cambiar?
Lo sabio es adaptarte y aceptar lo que no puedes transformar, ya que mientras más te resistes, más sufres.
Tu vida está tan enredada como un saco de anzuelos cuando la soberbia se amaña en tu corazón y el egoísmo y el juicio le hacen cohorte. Sufres, no eres feliz y sientes que tus relaciones y tu trabajo no fluyen, y que andas frenado y amargado.
Necesitas sembrar las mejores semillas, esas que brotan del amor compasivo y comprensivo. Solo un amor auténtico te ayuda a crecer en aceptación, mirar de frente con renovada esperanza y escribir un nuevo libreto.
El orgullo es un mal compañero de viaje, por lo tanto, elige ser humilde y acepta que el mundo es perfecto en su aparente imperfección. Cálmate, ora, comprende, deja las peleas ‘egóicas’ que te arrebatan la paz y renueva tu deseo de ser flexible y adaptable. Crea un nuevo clima. ¿Cómo? Te abstienes de juzgar y dejas de echarle agua al cactus de la arrogancia. Lee bien lo que sigue:
Odia y echa leña cada día en la hoguera del resentimiento, ya que perdonar es de seres débiles. Al mismo tiempo, imita a los ‘vivos’, a los corruptos y los deshonestos, porque ellos siempre terminan bien. Sé infiel, porque todo el mundo lo hace, y trabaja por dinero, no por servir con amor como hacen los tontos. Algo más, no seas espiritual:
¿de qué sirve creer en Dios y orar si al malo a le va bien y el bueno solo sufre? Imagino que tu conciencia le dice NO a lo leído, y eso está bien, pero, entonces, ¿por qué te enganchas con lo que te lleva por el camino equivocado?
Solo estaba practicando sicología inversa o negativa, y no desgranar y repetir buenos consejos. El humano suele creer en lo bueno en su mente, pero ¿acaso en la realidad es transparente? Únicamente con una conciencia despierta y con coherencia, tu vida fluye en paz y eres feliz. ¿Eres coherente? Haz este compromiso: a partir de hoy creo el hábito de ser flexible, de tener aceptación y de practicar el arte de no engancharme.
Gonzalo Gallo González
Escritor - Conferencista
charleschaplin@oasisgonzalogallo.com
El arte de no engancharse
Lo sabio es adaptarte y aceptar lo que no puedes transformar, ya que mientras más te resistes, más sufres.
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Los mejores colegios de Colombia en inglés, matemáticas, lectura, sociales y ciencias
¿A qué se debió el cambio de tendencia del dólar y qué cortó su mala racha de 18 meses?
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
Mauricio Reina
Paz política y paz armada
con estos acuerdos se están cocinando complicidades a lado y lado de la frontera con Venezuela.
Rodolfo Segovia S.
Empezar ahora
Rafael Herz
Aparente fracaso
Francisco Montes
Inflación, responsabilidad de todos
El Banco de la República utiliza la tasa de interés para controlarla.
Camilo Sánchez
Huelga en Servicios Públicos: peligro innecesario
Cesar Pabon
Incertidumbre: el principal enemigo
Un proceso de reforma constitucional que naturalmente aumenta la incertidumbre.
Jorge Restrepo
Otra seguridad es posible
Eduardo Behrentz
‘Venezuelización’ de las U colombianas
Carlos Tellez
Guardianes del pasado
La estructura es otro de estos poderosos protectores del presente.
Salomón Kassin Tesone
No hay transición sin transmisión
Andrés Espinosa Fenwarth
¿Colombia, como Venezuela?
Carlos Enrique Cavelier
Construyendo empresa ... con el Alma
Miguel Gómez Martínez
¿Más impuestos para qué?
Jesús Antonio Vargas Orozco
Institucionalidad Agropecuaria
Es urgente impulsar un desarrollo rural equitativo, competitivo y sostenible.
Andrés Barreto
Pescando con dinamita
Cristina Vélez
No
David Fernando Forero
De leyes a liderazgo: el arte de gobernar
La política da el éxito en lo electoral, pero la política pública da el éxito en la gobernabilidad.
Julián Domínguez Rivera
Información para el impulso empresarial
Ricardo Santamaría
¿Hacia dónde vamos?
¿Qué hacer en tiempos de incertidumbre? Mantener el rumbo. No bajar la guardia.
Camilo Herrera Mora
Comparaciones
Nuestra economía es más grande que en 2019, más nues- tra producción por persona en 2023 fue menor.
Gustavo H. Cote Peña
El colmo del cinismo
Mauricio Cabrera Galvis
Colombia y el futuro del petróleo
Beethoven Herrera Valencia
Fin al apartheid educativo (III)
Ricardo Gaitán
Apple: 40 años de consolidación
La presión del equipo de marketing y Steve Jobs, quien estaba obsesionado con el anuncio, se impuso.
Francisco Montes
Economía no tiene ideología
La economía no es una ideología. La economía es una ciencia y no se construye en redes sociales.