“ Colombia y Venezuela: destinados a ser un solo país en el tiempo”. Esto afirmó hace un par de meses Samuel Moncada, ministro de Relaciones Exteriores del vecino país. ¿Qué propósito se puede leer detrás de este tipo de expresiones, muchas veces escuchadas desde el inicio del gobierno de Hugo Chávez, como una referencia a la continuidad del pasado colonial y a las aspiraciones de Simón Bolívar? Paralelamente, según recientes encuestas, una mayoría de compatriotas consideran factible que Colombia tome el camino político de Venezuela, con las terribles consecuencias para la democracia, la libertad individual y el bienestar económico.
Como vecinos, con 2.220 kms. de frontera, compartimos regiones homogéneas socio-culturalmente: la costa Caribe, la Orinoquia, La Guajira, y el tramo final de la cordillera de los Andes que pasa imperceptible de Boyacá y Santander al Táchira y Mérida. Tenemos una historia conjunta desde tiempos precolombinos, con una base indígena común.
Nuestra accidental separación se remonta a los albores de la conquista, cuando el endeudado Carlos V concedió, en pago a los banqueros Welser, una gran parte del terreno de la hoy Venezuela, la costa Caribe, desde el cabo de la Vela hasta más allá de Coro, y el interior aún inexplorado. Esta curiosa aventura colonial alemana privada término abruptamente con la decapitación, mediante un machete pompo de Bartolome Welser. A partir de allí, Venezuela dependió de Santo Domingo y en el siglo XVIII se unió a Colombia y Ecuador en el Virreinato. Pero, como Capitanía, conservó autonomía militar y administrativa hasta el fin de la Colonia.
La independencia de los dos países fue una empresa conjunta, liderada por un caraqueño. Muchos otros de los líderes militares de la independencia neogranadina eran venezolanos (por ej. Sucre, Anzoátegui, el lancero Rondón, Flores, etc.) y la mayoría de la tropa. Después de la separación en 1830, la relación siguió siendo estrecha. Andrés Bello y Manuel Carreño (el de la “Urbani- dad…”), dos íconos culturales de la Colombia del siglo XIX, eran venezolanos. Durante las guerras civiles en ambos países, los líderes se refugiaban y abastecían en el vecino. Juan Vicente Gómez, el legendario dictador depuesto en 1935, tenía madre colombiana y abundantes propiedades en Norte de Santander. Los dictadores Rojas Pinilla y Pérez Jiménez se apoyaron mutuamente intercambiando la soberanía de Los Monjes. Carlos Andrés Pérez y Herrera Campins eran también afines a Colombia por vínculos familiares. Estas son ilustraciones de la continua interacción colombo-venezolana.
El engranaje económico, cultural y político entre ambos países es una realidad. El destino de los dos está ligado, y en este sentido no se equivocan los chavistas. Colombia tiene unos arraigados valores democráticos que implican un absoluto respeto por las libertades individuales, de expresión y de empresa. El gobierno del PSUV, en cambio, no respeta la voluntad popular ni los derechos humanos, castiga la libre expresión y manifestación, y asalta arbitrariamente a individuos y propiedades. El gobierno cubano, que comparte los antivalores del venezolano, está decidido a no perder a su aliado y apoya la opresión a las mayorías venezolanas. Los regímenes actuales de Colombia y Venezuela son incompatibles. Nuestro gobierno no puede asumir que el PSUV es autónomo para tiranizar a nuestro vecino pueblo. El torbellino venezolano envuelve a Colombia; nos es imperativo actuar y buscar allí la restauración efectiva e inmediata de la democracia.
columnista
Colombia y Venezuela
Según recientes encuestas, una mayoría de compatriotas consideran factible que Colombia tome el camino político de Venezuela.
POR:
Louis Kleyn
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
día a día
Lunes
martes
Miércoles
jueves
viernes
Camilo Sánchez
Inconveniente humo constituyente
Nuestra responsabilidad histórica está en evitar que cantos de sirena sigan dividiendo al país.
María Sol Navia V.
¿Ha logrado la mujer superar barreras?
Otros Columnistas
Importancia del agua en agenda empresarial
Gonzalo Gallo González
Shoganai - Gamán
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Camilo Herrera Mora
Fundador de Raddar
Críticos
Victor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista
Rumbo al Armagedón en el 2026
Rodrigo Villamizar
Director Electra CDP
Colisión de tarifas e importación de gas: una bola de nieve social
La gente demanda es que bajen los precios de la electricidad que consumen.
Ricardo Santamaría
Analista
Hay María Corina para rato
La historia de estas elecciones en Venezuela es que quizás nunca lleguen a realizarse.
Cristina Vélez
Decana Escuela de Administración, Universidad Eafit