Una de las claves para el análisis de precios es el monitoreo de los inventarios. Cuando la oferta supera la demanda, los inventarios aumentan, y disminuyen en caso contrario. En julio del 2014, antes de comenzar la gran descolgada de los precios, el WTI estaba cerca de los 105 dólares por barril y los inventarios comerciales de petróleo en Estados Unidos (no confundir con los estratégicos) eran de 339 millones de barriles (MB). Los inventarios comerciales llegaron al máximo valor de 512 (MB) en mayo del 2016, con un precio del crudo de 47 dólares por barril, lo que refleja el desbalance resultante de una producción superior a la demanda. Los inventarios se han venido ajustando hasta llegar a 418 MB en enero del 2018 a un precio de 66,2 dólares por barril para el WTI.
Hoy, el valor de los inventarios está en la banda de valores históricos, gracias al fortalecimiento de la demanda y al control de la oferta, mientras que hace apenas algunos meses su valor era superior a los máximos históricos.
¿Qué puede pasar en los próximos meses?
1.La Opep, así como los denominados ‘no Opep’, acordaron extender la vigencia de la Declaración de Cooperación conjunta hasta diciembre del 2018. Así, se recorta el volumen de producción hasta en 1,7 millones de barriles día (MBD). A este balance ayuda la situación de Venezuela, que ha perdido aproximadamente 400. 000 barriles por día de producción en los dos últimos años, hasta llegar a 1,65 MBD.
2.Dos de los actores más representativos de esta alianza son la Federación Rusa y Arabia Saudita. Para el primero, la exportación de petróleo y gas representa el 30 por ciento de los ingresos totales del gobierno. Luego una caída en los precios incrementa el déficit fiscal que en el 2016 llegó al 3,4 por ciento del PIB del gobierno Ruso. Por su parte, para el 2018, los sauditas esperan ingresos por 209 billones de dólares y gastos por 261 billones de dólares, lo que podrá resolverse temporalmente acudiendo a los fondos de ahorros.
El asunto es que el reino saudita ha señalado como objetivo de política de largo plazo diversificar la economía y transformar a Aramco, de una compañía petrolera a un conglomerado energético e industrial de carácter global, y así reducir la dependencia del petróleo en la economía, ahora que las nuevas energías renovables comienzan a incursionar en la canasta energética mundial. Desde ya se adelantan los preparativos para listar las acciones de Aramco en las bolsas de valores del mundo, o mediante acuerdos privados de venta que pudieran incluir alguna participación de China.
Además, el plan de largo plazo contempla llegar en seis años a un presupuesto balanceado, lo que va a requerir de ingresos extras para cuadrar las cuentas. En caso de una reducción de los precios del petróleo, balancear el presupuesto del gobierno y maximizar los ingresos por venta de las acciones de la petrolera saudí, podría enfrentar dificultades.
3.Estados Unidos ya está en el top de la lista de grandes productores de crudo en el mundo. Su interés es incrementar la producción de petróleo y gas, especialmente, la proveniente de esquistos o shale oil and gas. Un reciente artículo de Portafolio, indica que Exxon quintuplicará la producción petrolera en la cuenca pérmica al 2025, gracias a recursos adicionales provenientes de los recortes tributarios corporativos aprobados en diciembre del 2017. Seguro. otros productores de shale oil están evaluando nuevos proyectos para utilizar los recursos resultantes de menores impuestos. Además, la cuenta de taladros activos muestra un incremento del 24 por ciento en el 2017. Es de esperarse que la producción de petróleo en Estados Unidos siga creciendo. Según el Departamento de Energía, la producción petrolera llegaría a un promedio de 10,3 MBD en el 2018, y 11 MBD en el 2019.
4.En la demanda hay señales positivas con el crecimiento económico de India, 6,5 por ciento esperado hasta marzo de 2018; China, con 6,8 por ciento en el 2017, y la Unión Europea con un estimado de 2,4 por ciento en el 2017, saliendo de años de crecimiento muy bajos. Todo esto apunta, según estudios de la Opep, a un incremento de la demanda de 1,5 MBD, aproximadamente, hasta llegar a 98,5 MBD.
En resumen, aunque la demanda está haciendo progresos, la oferta, en particular de Estados Unidos, va a tener incrementos importantes. Por lo menos en el 2018, se esperaría que el nivel de inventarios se mantenga en control y los precios continúen en los rangos actuales. Si la producción aumenta por encima de la demanda, suben los inventarios y los precios tienden a la baja, lo que puede desestimular la entrada de nueva oferta y recortar los volúmenes actuales. Con precios a la baja, la salida a bolsa de Aramco podría resultar menos exitosa.
Así las cosas, la bonanza actual no será de largo aliento y hay que aprovecharla mientras dura. Del 2019 en adelante es otra historia.