Que Bogotá es una gran empresa, que entre todos tenemos que sacar adelante, es un hecho. Que los diferentes sectores requerimos coordinar esfuerzos, apuntando a un horizonte común, visionario y compartido, es imperativo. Que quien aspire a la Alcaldía de Bogotá tiene que ser un líder, capaz de organizar dicha coordinación, es real.
En las actuales circunstancias, Bogotá necesita mucho más que un gerente. Necesita un debate con ideas de fondo, así como proyectos y planes concretos sobre todos los desafíos que enfrenta nuestra ciudad.
Esta es una invitación a los candidatos y a los partidos políticos, para que formulen planes de gobierno que: respondan a las necesidades de la metrópoli, en términos de movilidad, seguridad, empleo, educación y planeamiento urbano, como mínimo; que atiendan los reclamos de los bogotanos en materia de calidad de vida, y que presenten las soluciones en materia de desarrollo económico y de desarrollo urbano sostenible.
Pero también es una invitación a los ciudadanos, a los medios de comunicación, a los empresarios, en fin, a todos los sectores, para que aunemos esfuerzos para lograr el propósito de elegir el mejor alcalde para la ciudad.
En los últimos días, el debate sobre el metro se ha llevado todos los titulares. Pero los bogotanos no podemos equivocarnos. Estas elecciones no son para escoger un metro subterráneo o elevado, o uno de 15 o 27 kilómetros. Para eso son los estudios técnicos. Vamos a elegir al alcalde que será capaz de finalizar la estructuración del proyecto, de comprometer contundente y definitivamente al Gobierno Nacional con la financiación, y de contratar, de una vez por todas, la construcción de la obra como pieza clave, un gran sistema integrado de transporte multimodal a la escala que lo requiere la ciudad. No estamos decidiendo si queremos o no días sin carro, sino eligiendo el alcalde que sea capaz de recuperar Transmilenio y aliviar el caos de movilidad.
Y la movilidad es solo uno de los temas. Los retos a los que se enfrentará el próximo mandatario abarcan otros asuntos que no son menores, como, por ejemplo, la forma en que el Plan de Ordenamiento Territorial –que debe ser revisado el próximo año– dispone el territorio para lograr desplazamientos más cortos, para definir el uso más compartido del espacio público, o para construir una urbe menos segregada, ambientalmente sostenible y más resiliente al cambio climático.
El llamado es para que entre todos demos, en el marco de esta contienda electoral, los debates de fondo en asuntos relacionados con la reglamentación de los usos del suelo de gran parte de la ciudad, con la liberación de alturas a cambio de ciertas cargas o con la construcción de vivienda social.
Además, no podemos olvidar que el próximo alcalde, independientemente de su filiación política, deberá trabajar con el Concejo de Bogotá, para sacar adelante los grandes proyectos de ciudad, y la mejor manera de hacerlo es comenzar a trabajar desde hoy en construir un plan de gobierno, técnicamente sustentado y realmente coherente con las apremiantes necesidades actuales y futuras.
Definamos, colectivamente, a qué visión de ciudad queremos apostarle. Porque la sociedad no avanza a punta de decretos, planes y buenas intenciones, sino construyendo convicciones y visiones compartidas. No es suficiente con elegir un buen gerente. Bogotá necesita un verdadero alcalde, y un Concejo de Bogotá que esté a la altura de los retos.
Luis Guillermo Plata
Presidente de ProBogotá Región