En la última década, el gobierno colombiano adoptó reformas en el sector de hidrocarburos que pusieron al país en el radar de los inversionistas y que dieron a Ecopetrol las bases para competir en el mundo, así como servir a los colombianos como nunca antes lo había hecho.
Al revisar cifras de producción y transferencias a la Nación vía impuestos, dividendos y regalías, es indudable que, bajo el liderazgo del Presidente, estamos trabajando sobre unos principios que garantizan tanto los recursos para la inversión social como las condiciones para un crecimiento económico, el cual promete levantar a millones de colombianos de la pobreza en la próxima década.
Este camino no se hubiera logrado sin la combinación de reformas institucionales, valentía de la Fuerza Pública y estabilidad jurídica que ha caracterizado al país. No vamos a dar marcha atrás en estos logros.
Miremos a Canadá, país rico en recursos naturales y modelo de nación pacífica y próspera, que lleva comprometido con la estabilidad en su marco tributario y reglas de juego varios lustros.
No es gratuito que este país sea considerado como el mejor lugar en el mundo para invertir: las compañías pueden proponer proyectos de gran envergadura y alto riesgo con la certeza de que en décadas no van a sufrir un trato arbitrario por los gobiernos de turno, solamente regulaciones ambientales exigentes y transparentes, igual a lo que estamos logrando en Colombia.
Además de promover la actividad exploratoria, hemos fijado como meta producir 1,5 millones de barriles de crudo por día en el 2020. En materia de reservas probadas, tenemos más de 2 mil millones de barriles que, al ritmo de producción actual, nos alcanzan para unos 8 años.
Con la actividad exploratoria adelantada en el 2011 y las oportunidades que ofrece la subasta de 109 nuevos bloques de la Ronda Colombia 2012, queremos romper esa barrera de los diez años que hace poco parecía infranqueable.
Nuestro país pasa por un momento estelar.
El interés que hay en traer las últimas tecnologías para explorar, extraer y procesar hidrocarburos es palpable. Ecopetrol, con su vitalidad y sus prácticas corporativas de buen gobierno, se ha convertido en protagonista del desarrollo social. Al igual que otras grandes empresas como ISA e ISAGEN, la petrolera tiene una conciencia y vocación social latente, y cuenta con los mercados como jueces de su gestión.
Tal connotación pone en evidencia que la prosperidad de Colombia se puede materializar más rápido con empresas que quieran dejar una gran huella en el desarrollo humano del país.
De ahí que llegar a producir un millón de barriles diarios de petróleo se haya convertido para nosotros en un hito, en términos de prosperidad social. Vamos a suscribir con las petroleras el ‘Pacto del Millón’, iniciativa que junto con todos los niveles de gobierno buscará generar bienestar en las familias con menos recursos de las regiones petroleras de Colombia, a partir de proyectos de agua potable, electricidad, educación y salud.
Este sector está lleno de casos exitosos en materia de responsabilidad social. Estamos seguros de que podemos tener impacto no solo en el bienestar general a través del empleo, la actividad económica y los recursos que le llegan a la Nación, sino también en las comunidades de esos municipios productores.
Mauricio Cárdenas
Ministro de Minas y Energía