El uso responsable de residuos generados en las ciudades es uno de los mayores retos que enfrenta la población mundial. Así lo asegura el informe ‘What a waste 2.0’, realizado por el Banco Mundial en 2018, que revela que en el mundo se producen 2’010 millones de toneladas anuales de desechos sólidos, de los que, al menos un 33 %, generan riesgo para el medio ambiente.
Según el análisis, la rápida urbanización, el crecimiento de la población y el desarrollo económico desencadenarán el aumento de residuos en un 70% en los próximos 30 años, alcanzando un volumen aproximado de 3’400 millones de toneladas de desechos anuales. Sin embargo, existen iniciativas de gestión sostenible de residuos que pueden contribuir a mitigar los impactos en el medio ambiente y la salud, e, incluso, brindar beneficios económicos.
Según un informe del Parlamento Europeo, publicado en 2017, en países de la Unión Europea como Alemania, Suecia y Austria, menos de un 5 % de los residuos urbanos llegan a los rellenos sanitarios. De hecho, la meta de la UE es que, a 2030, ningún país miembro envíe más del 10 % de sus residuos a los rellenos.
En el caso de Colombia, todos hemos oído hablar de la grave crisis que atravesamos frente a la corta vida útil que les quedan a los principales rellenos sanitarios, a lo que se suma, los obstáculos, en especial de tipo legislativo, y la poca concientización ciudadana frente al tema.
Ahora bien, los países europeos pueden parecernos muy alejados de nuestra realidad cultural y socioeconómica. Sin embargo, otro ejemplo de que la transformación puede ser gradual, pero posible, es México.
En 2011, junto con las autoridades, implementamos un proyecto para el coprocesamiento de residuos, que permitió, por medio de la reutilización de ciertos materiales (plásticos, textiles, cartones, entre otros), generar combustibles alternos para nuestras plantas de cemento.
Solo en 2018, logramos coprocesar más de 240 mil toneladas de residuos sólidos urbanos de Ciudad de México, que fueron empleados para producir energía, en vez de ser dispuestos en rellenos sanitarios, donde habrían generado gases efecto invernadero, lixiviados y vectores.
La cifra anterior demuestra un esfuerzo importante, si consideramos que, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, México genera 42 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año.
El caso de México es un buen referente para Colombia. Los contextos socioeconómicos de ambos países son comparables. Además, ambos cuentan con una industria cementera robusta, capaz de liderar proyectos de aprovechamiento de residuos a gran escala.
Como país, seguimos teniendo pendiente una solución de largo plazo frente a la problemática sanitaria, ambiental y social que implican los rellenos sanitarios. Es necesario incentivar la creación de políticas públicas que fomenten el coprocesamiento de residuos como alternativa para el manejo de materiales no biodegradables, para generar encadenamientos productivos, mitigar los gases que generan el cambio climático y construir resiliencia para el desarrollo sostenible de nuestra sociedad.
Alejandro Ramírez Cantú
Presidente de CEMEX Colombia