Cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó las elecciones presidenciales de México en julio, el populista de izquierda prometió “un gobierno del pueblo y para el pueblo”.
Actualmente algunos de los gestores de activos más grandes del mundo están descubriendo de primera mano el compromiso del presidente electo con la democracia directa, conforme el destino de su inversión de US$6 mil millones en bonos para respaldar un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México enfrenta un incierto futuro.
Después de una “consulta popular” sobre el futuro de un aeropuerto de US$13 mil millones diseñado por Norman Foster, López Obrador declaró el lunes que abandonaría el proyecto después de que casi el 70% de los votos estuvieran a favor de descartar el proyecto. El resultado sacudió los mercados financieros de México, llevando al peso a su nivel más débil en cuatro meses; pero hay incluso más en juego para los propietarios de los bonos emitidos por el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México para pagar el proyecto.
Aunque un bono de US$3 mil millones con vencimiento en 2047 cayó hasta 79 centavos por dólar debido a las noticias, habiendo sido emitido cerca al valor nominal hace poco más de un año, numerosos tenedores de bonos dijeron que estaban permaneciendo calmados.
“No tengo ningún problema en mantener los bonos en este momento y dejar que esto tome su curso, ya que existe una enorme interrogativa acerca de la viabilidad de las otras opciones aeroportuarias”, comentó Michael Conelius, un administrador de cartera de T Rowe Price, uno de los más grandes inversionistas en los bonos.
“López Obrador procesará la volatilidad de la moneda y la venta masiva de bonos y luego veremos si da marcha atrás al respecto”.
Conforme los gobiernos populistas han subido al poder a nivel mundial, los inversionistas en el mundo de la deuda de infraestructura –un sector generalmente seguro y tranquilo– se han enfrentado a un número cada vez mayor de dilemas similares.
Después de que los políticos italianos amenazaran con nacionalizar las concesiones de autopistas de Autostrade a raíz del desastre del puente de Génova en agosto, los tenedores de bonos del operador de la autopista de peaje se quedaron anticipando qué sucedería con su inversión.
Un sinnúmero de tenedores de bonos de Autostrade al final sintieron consuelo debido a las cláusulas que decían que el gobierno todavía tendría que pagar su deuda. Y muchos de los tenedores de bonos del aeropuerto de la Ciudad de México están confiando en términos similares.
“Siempre que no haya cambios en la legislación que amenacen la legalidad de los bonos”, opinó Michael Leithead, un administrador de cartera de EFG Asset Management, “entonces, en términos de financiamiento, es seguro”.
Los bonos están garantizados por los impuestos que pagan los pasajeros al volar al aeropuerto existente, así como por las concesiones para operar tanto el actual aeropuerto de la Ciudad de México como el nuevo. Si AMLO cumple con su palabra y cancela oficialmente la concesión para operar el nuevo aeropuerto, se activaría una cláusula que obligaría a que los bonos se reembolsaran a valor nominal.
Si el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México no cumple con esta estipulación, los bonos entrarían en incumplimiento. Si eso sucede, los tenedores de bonos tienen derecho a un reclamo directo sobre el dinero recaudado por los bonos pero que aún no se han gastado, dijo Eric Ollom, jefe de estrategia de deuda corporativa de mercados emergentes en Citigroup.
Otros están menos convencidos con respecto a estas garantías. Un gestor de fondos de cobertura con sede en Londres, quien ha tomado una posición corta en los bonos del aeropuerto, ha señalado que López Obrador pudiera evitar la amortización obligatoria no revocando la concesión por completo. Conforme el gobierno establece el impuesto a los pasajeros para garantizar los bonos, él pudiera cambiar los términos en detrimento de los tenedores de bonos.
También existen persistentes interrogantes acerca de cómo se financiarán los reembolsos si se activan.
Aunque AMLO prometió que hay suficiente dinero para cumplir con los bonos, el presidente en funciones, Enrique Peña Nieto, no está de acuerdo. El lunes, aseguró que cancelar el aeropuerto, del cual se ha completado un tercio, pudiera requerir fondos adicionales, ya que los bonos emitidos para financiarlo deben pagarse por anticipado. Peña Nieto planea continuar con la construcción del nuevo aeropuerto hasta que finalice su mandato el próximo mes.
Es probable que la decisión final sobre el destino del nuevo aeropuerto tome algún tiempo, no solamente porque López Obrador no asume el cargo hasta el 1 de diciembre, sino también porque existe una sustancial incertidumbre acerca de la viabilidad de las opciones alternativas.
El presidente entrante ha dicho que su gobierno ampliará las operaciones en un aeropuerto militar cercano y en uno en la ciudad de Toluca, además de mejorar el actual aeropuerto de la Ciudad de México, el cual ya está operando en exceso de su capacidad total.
Dhiraj Bajaj, un administrador de cartera en Lombard Odier Asia, un banco que posee los bonos, comentó que el hecho de que muchos de los bonos todavía se están negociando, en gran medida, por encima de los 80 centavos por dólar muestra la fortaleza de su estructura.
Mantener a los inversionistas internacionales de su lado pareciera ser una estrategia acertada, dado que la reconstrucción de la derruida infraestructura de México es fundamental dentro de la plataforma de AMLO.
Colby Smith y Robert Smith