La revolución tecnológica y los emergentes modelos de negocio que han resultado de la digitalización de la economía hacen un llamado a la modernización de los marcos institucionales y legales del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Hoy, solo la mitad de América Latina y el Caribe está conectada, y la otra mitad escapa a los beneficios de un mundo digitalizado en el que internet se erige como un aliado para el cierre de brechas tanto económicas como sociales.
Se estima que en la región, un aumento del 10% de la penetración de banda ancha fija está asociada con un aumento de 3,19% del PIB y 2,61% de mayor productividad. Ampliar el acceso a la conectividad digital es el cimiento para que oportunidades y beneficios de la transformación digital lleguen a la población.
Para ello se requiere actualizar leyes y regulaciones acordes al nuevo entorno, de forma que las instituciones cuenten con un andamiaje que facilite el despliegue de la infraestructura necesaria para ofrecer servicio de banda ancha en condiciones de asequibilidad, calidad y seguridad.
Estos marcos institucionales y normativos deben garantizar la conectividad digital a todos los colombianos y, a su vez, promover la apropiación y el uso de las tecnologías digitales por parte de los ciudadanos y del sector empresarial como el emprendimiento, la innovación y la creatividad digital. Los beneficiarios son los colombianos y la economía: un aumento de 10 puntos de la digitalización de un país se correlaciona con un aumento de 0,7% en el PIB.
La creación de un regulador sectorial e independiente es una de las recomendaciones que la Ocde señaló en su estudio sobre políticas y regulación de telecomunicaciones en Colombia. Simplificar el marco institucional con la creación de una autoridad de regulación única responde al dinamismo del sector y a la convergencia de servicios y mercados.
Varios países de la región ya se han subido al tren digital, modernizando sus marcos normativos. Colombia tiene la oportunidad de aprender de estas experiencias, sacar el pasaporte normativo y no dejar pasar el próximo vagón. Por ejemplo, México incursionó en el 2013 en una reforma constitucional y creó el Instituto Federal de Telecomunicaciones como autoridad independiente, y según este, en menos de cinco años obtuvo 22% de crecimiento de internet en los hogares.
En Paraguay, recientemente fue aprobado crear el Ministerio de Comunicaciones y Tecnologías de la Información y Comunicación, institución que resulta de la consolidación de la Secretaría Nacional de Información y Comunicación para el Desarrollo y la Secretaría Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación.
En el Reino Unido, la Oficina de Comunicaciones se consolidó en el 2003 como ente regulador independiente y convergente al integrar las funciones de las entidades que tenían a su cargo la regulación de televisión, radio y telecomunicaciones.
En Australia, la autoridad de regulación única y sectorial (Australian Communications and Media Authority) simplificó la regulación y promovió la inversión privada en la infraestructura de última milla, logrando con ello una focalización de recursos. Estos países se sitúan en la posición 8 y 18, respectivamente, del Networked Readiness Index del Foro Económico Mundial.
Desde el BID estamos comprometidos en apoyar a Colombia a mejorar la conectividad y digitalización de su economía. El país ha avanzado al crear los viceministerios de Economía Digital y el de Conectividad y Digitalización de MinTIC, así como de la Oficina de Desarrollo Digital del DNP.
Hoy, cursa en el Congreso el proyecto de ley de modernización del sector de las TIC y la creación de la Alta Consejería para la Innovación y la Transformación Digital que, sin duda, será el motor e instrumento coordinador para dar respuesta a los desafíos de la cuarta revolución industrial.
Carolina Valencia
En colaboración con Juan Antonio Ketterer.
División Conectividad del BID.