En 2011 el deporte colombiano presentó un auge debido a la inversión que el gobierno hizo en infraestructura deportiva, fomento la recreación y el deporte.
En los primeros cuatro años se destinaron 1,7 billones de pesos y Coldeportes pasó de tener un presupuesto de 140.000 a 408.000 millones de pesos. Hasta el 2016 se fortaleció la gestión y dirección de este sector.
Las inversiones realizadas empezaron a dar frutos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde Colombia se llevó ocho medallas, dentro de estas una de oro y luego, años después, en Río de Janeiro 2016, recibió aún más de oro. En los Juegos Bolivarianos 2013, después de mucho tiempo, la ráfaga de triunfos de Venezuela terminó y logramos el primer puesto en el medallero general.
El dinero invertido lo vimos durante años, pues en los Bolivarianos del 2017, superamos el récord de Venezuela y logramos 209 medallas de oro. Ya en el 2018, por segunda vez, le ganamos a Brasil en los Suramericanos, primera vez en un país como no anfitriones.
Coldeportes, ahora Ministerio del Deporte, es una entidad que, según su misión, lidera, formula, dirige y evalúa la política pública, la recreación y la actividad física.
Además de ejercer la inspección, vigilancia y control del sistema nacional del deporte, con criterio de inclusión y equidad social contribuyendo con la convivencia, la paz y la prosperidad de los colombianos. El deporte entonces, va mucho más allá del buen desempeño de los deportistas y de los logros que alcancen durante las competencias.
El actual gobierno no ha mostrado interés en que los colombianos trabajen en temas como la convivencia, la tolerancia, el respeto, el liderazgo, el trabajo en equipo, y la estructuración de los entes deportivos, al contrario, el deporte es cortina de humo ante otras problemáticas que tenemos como nación.
Los grandes problemas que han tenido los diferentes gobiernos es que no valoran el deporte desde lo productivo, sino que es visto como una actividad que solamente contribuye al bienestar.
En nuestro país, ni el Estado, tampoco las empresas, se han preocupado por implementar industrias que generen bienes y servicios entorno al deporte para contribuir al crecimiento económico de Colombia. Al ser tan corto el presupuesto que se ha destinado para estos fines, el nuevo ministerio debería apoyarse en empresas o fundaciones colombianas que potencialicen los talentos de los deportistas.
La entidad gubernamental que regula el deporte en Colombia, no se preocupa por concientizar a los ciudadanos alrededor de la importancia de practicarlo.
Todos los deportistas (profesionales y amateurs) contribuyen día a día a su salud, por lo tanto tiene menos riesgos de padecer enfermedades. Entre menos personas se enfermen; más bienestar, por supuesto, pero también, mayor productividad en diferentes sectores, mayor tolerancia y respeto hacia los demás y probablemente menos inversión en salud tendría que usar el gobierno en su presupuesto anual.
Tampoco existe un acompañamiento constante al deportista en temas de crecimiento personal y fortalecimiento mental, factores claves en su desempeño. Y ni hablar de la formación y actualización en conocimientos a los entrenadores deportivos. Y por parte de muchas federaciones deportivas no hay una escogencia objetiva, consciente y honesta de nuestros deportistas. Y además, todavía existen deportistas que piden apoyo económico en semáforos, colegios, universidades, etc.
No obstante, países como Cuba, Rumania, Kazajistán, Hungría, entre otros, no tienen un PIB lo suficientemente óptimo como para invertir en deporte, sin embargo, lo hacen, enfocándose en los que son potencia sin descuidar los demás.
Colombia debe empezar a ser consciente de los deportes en los que se destaca y trabajar fuertemente si realmente quiere tener buenos resultados no solo en Tokio 2020 sino en las próximas olimpiadas a realizarse en París y Los Ángeles.
Y ya para ir cerrando y como estamos en modo Panamericanos, les quiero dejar algunos datos: Colombia nunca ha estado dentro de los mejores cuatro (4) países en ninguna de estas dieciocho (18) versiones realizadas anteriormente.
En el conteo total de medallas de todos los Juegos ocupamos el séptimo lugar a más de 500 medallas de diferencia con los países que terminaron por encima de nosotros. Una diferencia que es abismal. Y además, terminaron países como Cuba y Argentina por encima de nosotros. Dos (2) Países que normalmente invierten menos en términos deportivos.
Algunos medios ya dicen que es histórico lo que hizo Colombia en Lima. Mi pregunta es: ¿La medición la tenemos que realizar por temas de medallería? La verdad siento que el tema pasa más porque no hay un crecimiento deportivo significativo, no hay recambio generación en la mayoría de deportes, ni tampoco un trabajo organizado desde muchas federaciones que nos garantice mejores resultados en futuros Juegos y por último, lo invertido en años anteriores se está perdiendo.
En conclusión, hay mucho talento para pensar que Colombia puede pelear un ‘top’ 3 en unos Juegos Panamericanos y hasta estar en un ‘top’ 20 en unos Juegos Olímpicos. Solo es cuestión de organización, presupuesto, honestidad y convicción para que el deporte en Colombia si pueda ser una herramienta de transformación económica, social y cultural. Solamente así seremos la verdadera tierra de atletas.
Andrés Ocampo
Director de la Fundación Soy Más Deporte