Durante su campaña, el presidente Iván Duque se comprometió a no subir la edad de pensión en caso de llegar a la Casa de Nariño. Esta frase seguramente será muy tenida en cuenta por los casi 24 millones de colombianos que nos encontramos laboralmente activos, y de los cuales solo el 35 por ciento cotiza al sistema pensional, el 65 por ciento restante no lo hace por causas relacionadas con el desempleo (10 por ciento) y la informalidad (55 por ciento), según cifras del Ministerio del Trabajo.
Queda la incertidumbre en el electorado si el presidente cumplirá esta promesa o terminará siendo un eslogan populista que sucumbirá por razones técnicas ante una virtual reforma pensional. Algunos argumentos le dan la razón a Duque:
Una reforma pensional deberá considerar, tanto los parámetros como la arquitectura del sistema. La edad de jubilación se enmarca entre los parámetros y para definirla, uno de los indicadores a revisar es el ‘ratio de dependencia’, que se obtiene dividiendo el tamaño de la población mayor de 60 años por el tamaño de las personas entre 20 y 59 años, o laboralmente activas.
De acuerdo a cifras elaboradas a partir de datos del Banco Mundial, en la actualidad el ratio de dependencia en Colombia es de aproximadamente el 14 por ciento, y según proyecciones en el 2050 será del 36 por ciento, cifra que corresponde a la tasa de dependencia promedio actual de Alemania, Francia o España, países donde hoy la edad de jubilación es un problema, pues hacia el 2050 tendrán ratios de dependencia superiores al 50 por ciento.
El otro aspecto y no menos importante está relacionado con la expectativa de vida de los colombianos. Tomemos como referencia la expectativa de vida de Japón, uno de los países con este indicador más alto a nivel mundial. Según datos del Banco Mundial la expectativa de vida al 2015 en este país fue de 84 años, con edad de jubilación de 65 años, es decir que en promedio un japonés disfrutaría 19 años de su pensión de retiro. Si realizamos el mismo análisis para Colombia tenemos que un hombre disfrutaría de su pensión por 12 años, desde los 62 de jubilación hasta los 74 años de expectativa de vida.
La edad de jubilación debería ajustarse en función del incremento de la expectativa de vida, pero en ningún momento reduciendo el periodo promedio de beneficio de la pensión de vejez al que toda persona tiene derecho.
A manera de conclusión podemos decir que la promesa del Presidente sí tiene un sustento técnico detrás y que sus esfuerzos estarán enfocados en reformar la arquitectura del sistema más que en realizar ajustes paramétricos, particularmente ajustes a la edad de jubilación. Él mismo ha insistido en que esta reforma debe buscar ampliar la cobertura del sistema, reduciendo la informalidad laboral. Necesitamos un sistema más equitativo y que sea sostenible a lo largo del tiempo; eliminando los arbitrajes que existen entre el régimen de prima media y el régimen de ahorro individual, buscando un equilibrio entre mercado y estado que garantice a los colombianos el derecho constitucional a pensionarse.
Daniel Hoyos
Profesor universitario de Riesgos Financieros