La explicación tiene un trasfondo económico, pero más de un inversionista estaba ocupado el viernes pasado haciendo cuentas de lo que había perdido para prestarle atención. Y es que la baja en los índices accionarios que se sintió en buena parte del planeta volvió a confirmar la conocida máxima, según la cual ‘todo lo que sube baja’.
Los ejemplos del retroceso abundan. En Wall Street, las acciones dieron marcha atrás en cada una de las cinco jornadas de la semana que acaba de terminar, algo que no sucedía desde hace un par de años. El S&P 500 perdió 3,9 por ciento, mientras que en el caso del Dow Jones, la caída superó el 4 por ciento. La desbandada llegó hasta los bienes primarios, pues el petróleo también bajó con fuerza.
Lo ocurrido está relacionado con un dato que, a primera vista, es muy positivo. La información de que en Estados Unidos se crearon 200.000 nuevos empleos en enero es una confirmación del buen momento por el cual atraviesa esa economía, cuya tasa de desocupación es históricamente baja.
No obstante, los especialistas señalan que la demanda de trabajadores se nota en un alza de los salarios promedio, que asciende al 2,9 por ciento anual, el ritmo más alto en nueve años. Para los especialistas, eso quiere decir que las presiones inflacionarias vienen en aumento y más en un país cuyo gobierno impulsa una política francamente expansionista. Con la máquina funcionando al tope, será necesario buscar la forma de enfriarla.
Esa labor le corresponde al Banco de la Reserva Federal, que esta semana dio a entender que subirá su tasa de interés en marzo. Aunque el incremento estaba previsto, ahora los expertos creen que pueden venir dos o tres vueltas de tuerca adicionales en el 2018.
La perspectiva de que el costo del dinero aumente, cambia los precios relativos de los activos financieros. Así, los bonos comienzan a rentar más, mientras las acciones se ven menos atractivas que antes. Y aunque esos movimientos se observan lejanos, sus réplicas también se acabarán sintiendo en Colombia, que está obligada a tener los ojos bien abiertos.