A finales de esta semana, la Ocde presentará y pondrá en discusión del Gobierno, de un grupo de expertos y de la opinión pública, un interesante documento sobre la transformación productiva de Colombia como mecanismo clave para estimular la productividad y el crecimiento potencial de la economía.
El estudio comienza por ilustrar el inmenso cambio en la estructura productiva del país que se ha presentado en los últimos decenios. La agricultura pasó de representar el 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 1980 a tan solo el 6,7 por ciento el año pasado. Algo similar ocurrió con la industria manufacturera cuya participación pasó del 20 al 11,6 por ciento en el mismo periodo. De otro lado, se encuentra que en estas décadas Colombia se convirtió en un país suministrador de servicios y en una economía dependiente de la minería. El estudio también señala que la productividad laboral en Colombia ha sido muy inferior a la de los países de la Ocde e incluso ha estado por debajo del promedio de América Latina.
El documento argumenta que no hay una regla o patrón específico de cómo debe darse la transformación productiva de un país, aunque esta debe tomar en cuenta los recursos naturales y ventajas naturales, así como su diversidad y necesidades regionales. Sin embargo, contempla que para Colombia puede ser útil tomar en cuenta la forma como otras naciones han logrado conseguir una transformación productiva, y en general destaca la importancia de adelantar una planeación de largo plazo y desarrollar un pensamiento crítico sobre estos temas. Más aún, considera que esa debe ser una función principal del Departamento Nacional de Planeación (DNP), entidad que, a su juicio, tiene la capacidad de adelantar dicha tarea.
La Ocde considera que Colombia tiene una buena red de instituciones públicas y privadas para colaborar con el DNP para poner en marcha dicho emprendimiento. En el proceso de priorización debe contemplar una visión, identificar oportunidades y plantear acuerdos en el marco de su Plan de Desarrollo para adelantar la transformación productiva del país. En este contexto, la apertura comercial y la inversión extranjera directa deben jugar un papel preponderante.
Respecto a la apertura comercial, el documento subraya que, aunque se han hecho esfuerzos en dicha dirección desde 1990 con las medidas adoptadas en la administración Gaviria y, no obstante, los acuerdos firmados desde entonces, el comercio exterior solo representa el 35 por ciento del PIB, muy inferior al de otras economías emergentes y avanzadas. En el mismo sentido, el informe aboga por mayores estímulos a la inversión extranjera directa, la cual contribuye a profundizar el comercio y a elevar la productividad laboral.
La transformación productiva del país también depende de una adecuada infraestructura. En dicho sentido, el desarrollo de las vías de comunicación de cuarta generación son un requisito indispensable. Estaremos atentos a verificar la importancia que se le dará a la transformación productiva del país en el Plan de Desarrollo 2018-2022 del gobierno de Duque.