Creo que la creación de nuevos emprendimientos es un factor que puede generar una Colombia más equitativa, con mejores oportunidades para todos y más competitiva en el panorama global.
También creo que la forma en que el ecosistema de apoyo emprendedor está invirtiendo recursos requiere una aproximación más integral, incluyendo las variables humanas, además de las usuales, relacionadas con desarrollo de negocios.
Como emprendedor entiendo la emoción, el reto y la incertidumbre de convertirse en empresario, y veo con preocupación cómo de cada 100 empresas que se crean hoy, en Colombia y el mundo, si acaso 5 llegan a los cinco años de vida.
Observo cómo el Estado, las ciudades, incubadoras, las aceleradoras, los inversionistas y otros actores hacen esfuerzos e invierten recursos para apoyar la creación de nuevas compañías.
Estos, en su mayoría, van destinados a apoyar el proceso de emprendimiento y el negocio; casi nunca se trabaja en la persona, quien debe contar con equilibrio, tenacidad y fuerza interior para no claudicar en el desafiante camino de ser empresario.
Es él quien saca adelante su emprendimiento, no al contrario.
Esta destinación de recursos es curiosa, puesto que todo me indica que es en la persona en donde más hay que invertir. Investigando he encontrado que la alta mortalidad de los emprendimientos, a nivel mundial, se atribuye a cuatro razones principales: los socios se pelean entre sí, el dinero se acaba y no se puede conseguir más, el producto no tiene éxito, y las condiciones de mercado cambian abruptamente.
Hablando con varios empresarios cuyas compañías llevan 10 años o más, encontré que todos han tenido que pasar por una de esas situaciones en su trayectoria empresarial. Eso significa que los emprendimientos no se acaban en edad temprana porque se den uno o varios de esos factores, sino porque el emprendedor, no tiene la fuerza interior para persistir, hacer los cambios necesarios y salir adelante.
Creo que la línea de pensamiento que da origen a esta errada destinación de recursos,es la misma que genera que en las organizaciones los gerentes estén dedicados a la gestión dura del negocio, dejando de lado la parte suave.
Esto está tomando un rumbo diferente, en la medida en que más directivos se dan cuenta de que los resultados extraordinarios y las ventajas competitivas tienen su origen en la gente; grandes líderes empresariales como Richard Branson, dueño del grupo Virgin, han avanzado bastante en ello y destacan los beneficios de negocios y la rentabilidad que este enfoque genera.
Pienso que es importante que los actores que están dedicando recursos en Colombia al apoyo del emprendimiento, empiecen a invertir en el emprendedor y a hacer seguimiento formal a los resultados obtenidos.
Al emprendedor hay que apoyarlo a equilibrar su vida de manera integral, ayudarle a identificar lo que le apasiona, a definir una estrategia competitiva y sostenible, a liderar desde el empoderamiento y a trazar un plan de vida que lo lleve a realizarse como persona y empresario. Si no se cambia la forma como invertimos en emprendimiento, es difícil que la mortalidad asociada a este disminuya.
Santiago Jiménez
Consultor y coach
santiago@santiagojimenez.co