El clima ya se había enrarecido el miércoles de la semana que termina, cuando el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos determinó que haría una reducción en las tasas de interés que maneja, pero que probablemente no vendrán más alivios de ese tipo. Ese primer remezón fue seguido por un sismo de gran magnitud, cuyo epicentro es la Casa Blanca.
El terremoto dio origen a titulares de primera página a lo largo y ancho del planeta. Según lo dispuso Donald Trump, a partir del primero de septiembre las importaciones que llegan a territorio estadounidense provenientes de China y que estaban exentas de un arancel del 25 por ciento impuesto meses atrás, pagarán un gravamen del 10 por ciento.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Entre jueves y viernes los índices bursátiles se tiñeron de rojo, mientras los inversionistas buscaban refugio en los activos más seguros, denominados en dólares. Una de las consecuencias de lo sucedido acabó siendo el retroceso de las monedas de las economías emergentes, acentuado por el descenso en los precios de los bienes primarios.
Ese es el motivo por el cual la tasa representativa del mercado en Colombia será de 3.365 pesos el lunes. Aunque no es el punto máximo del año, aumenta la probabilidad de que la devaluación siga su marcha, en caso de que la turbulencia internacional persista. Y a jugar por la reacción inicial de Pekín, así será.
Dicho con claridad, todo apunta a una nueva ronda de ataques y contra ataques. Sin duda alguna la intensidad de la guerra comercial va in crescendo, junto con el riesgo de que empresas individuales de lado y lado se conviertan en un objetivo.
Y aunque la esperanza de un arreglo sigue viva, las cifras del primer semestre van a darle nuevos elementos a Trump. Entre enero y junio, las compras estadounidenses a China bajaron 12 por ciento y el déficit bilateral cayó en 10 por ciento. Ante lo ocurrido no sería raro que el mandatario decida endurecerse más.
El peligro es que ahora México tiene un superávit más alto con su vecino del norte. Ojalá Washington no decida tenerlo entre ceja y ceja.